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Los socios del Eurogrupo tienen la última palabra

La CE deja margen para ajustar el presupuesto a lo largo de 2014

El ministro de Economía, Luis de Guindos
El ministro de Economía, Luis de GuindosEfe

Y aunque el Eurogrupo no tiene obligación de pronunciarse en público sobre esas cuentas, su valoración podría obligar a algún país a enmendar seriamente sus Presupuestos. El ministro español, Luis de Guindos, llega a ese examen con la nota en contra de la Comisión Europea. Bruselas concluyó el pasado viernes que el proyecto de los Presupuestos españoles para 2014 “corre el riesgo de no cumplir con las normas del Pacto de Estabilidad”, un veredicto negativo compartido por otros tres países (Italia, Finlandia y Malta).

El departamento de Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos, subrayó el jueves que su dictamen no es vinculante. Y aunque aspira, como cabía suponer, a que los países afectados lo tomen en cuenta durante la tramitación parlamentaria del Presupuesto, reconoce que algunas de las desviaciones apuntadas en su informe podría corregirse a lo largo de la ejecución presupuestaria.

Esa es la tesis del Ministerio de Economía, que defenderá ante el Eurogrupo que las discrepancias con el departamento de Rehn son menores y se basan solo en una distinta previsión de crecimiento para el año que viene. Rehn apunta al 0,5% frente al 0,7% del Gobierno. Y esa diferencia, según Bruselas, contribuirá a que España no logre en 2014 el objetivo de déficit (5,8%) previsto en el procedimiento disciplinario que tiene abierto. Y menos aun se logrará, según la CE, esfuerzo estructural (0,8%) requerido en ese mismo procedimiento.

Guindos señala que “el consenso del mercado se acerca más a nuestras previsiones que a las de la Comisión Europea”

Tras analizar las cifras del Presupuesto por Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, el departamento de Rehn cifra la desviación en una décima en términos nominales y en medio punto en términos estructurales. Esos datos podrían obligar al Gobierno, de seguir la recomendación de Rehn, a introducir en el Presupuesto un ajuste adicional de unos 5.000 millones de euros, bien mediante recorte de gastos o incremento de la recaudación impositiva. El Gobierno descarta prácticamente ambas posibilidades. Y el Ministerio de Economía parece convencido de que hoy podrá convencer al resto del Eurogrupo de que las cuentas presentadas permitirán cumplir los objetivos marcados.

Incertidumbre

“Nosotros hemos presentado nuestro informe y ahora corresponde al Eurogrupo debatirlo”, se limitó ayer a señalar el portavoz de Rehn, sin mostrarse especialmente beligerante contra ningún país. Dada la incertidumbre sobre las previsiones de crecimiento, Bruselas podría conformarse con seguir de cerca la evolución presupuestaria y activar la alarma si fuera necesario. En el caso de España la fórmula parece factible, porque el país está incurso en un procedimiento que permite reclamar medidas en cualquier momento e imponer sanciones en caso de desacato. Aun así, el ministro De Guindos se mostró convencido la semana pasada en Bruselas de que se respetarán los compromisos. Y aseguró que “el consenso del mercado se acerca más a nuestras previsiones de crecimiento que a las de la Comisión”.

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