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El futuro de la plantilla es un tema espinoso para la venta de Aliseda y Altamira

La venta de las inmobiliarias de la banca deja en el aire 1.700 empleos

Imagen de una promoción inmobiliaria en venta.
Imagen de una promoción inmobiliaria en venta. Efe
Juande Portillo

Las estimaciones sindicales indican que 2013 pasará a la historia como el año de mayor reducción de empleo en el sector financiero. Está previsto que durante este ejercicio se aprueben unas 18.000 salidas, lo que supone concentrar este año la pérdida de uno de cada tres puestos de trabajo bancario que han desaparecido con las crisis. La cifra, no obstante, podría seguir incrementándose. La venta de las mastodónticas plataformas inmobilarias que la banca creó para gestionar la indigestión de ladrillo que siguió al estallido de la burbuja deja en el aire otros 1.700 empleos en el sector financiero. Los fondos internacionales que se vienen interesando por estas divisiones no tienen vocación de heredar los centenares de trabajadores de los que las dotó la banca, sino de reducir costes y multiplicar la rentabilidad, por lo que una de las valoraciones previas que hacen al tantear una compra es calcular el coste de un ERE.

La primera gran venta de una plataforma inmobiliaria la cerró Catalunya Banc este verano con el consorcio de fondos Kennedy Wilson y Värde Partners. El tema del empleo resultó tan espinoso que la transacción se cerró pendiente de acordar el futuro de los 180 empleados de la filial. Un asunto que sigue sin estar zanjado hoy día.

Los 457 empleados de Bankia Habitat, por su parte, fueron traspasados a Cerberus con la inmobiliaria y computan como parte del ajuste de empleo impuesto a la entidad nacionalizada.

En esta ocasión, las partes firmaron un acuerdo de mantenimiento del empleo de dos años, según fuentes sindicales, que critican, con todo, que el nuevo dueño tenga potestad para ir reduciendo esta plantilla según caiga el ritmo de ventas.

Las inmobiliarias, en cifras:

180

emplea la inmobiliaria de Catalunya Banc.

457

personas trabajan en Bankia Habitat.

250

emplea Servihabitat.

285

empleados hay en Aliseda.

500

trabajan en Altamira.

Los 250 empleados de Servihabitat Gestión Inmobiliaria, de otro lado, pasan ahora a depender del fondo texano TPG que se hizo con la mayor parte del capital de la inmobiliaria de CaixaBank y deberá decidir ahora si sus planes requieren de tanto personal.

Qué hacer con la plantilla es una preocupación que se ha demostrado recurrente entre los fondos internacionales que han hecho compras. “El tema laboral está siendo el gran escollo en algunas operaciones”, revela Vanessa Gelado, directora de Drago Capital, quien expone que cuando los inversores internacionales revisan las cuentas de estas plataformas también bareman el coste adicional que supondría aplicar un ERE.

Los bancos intentan traspasar las inmobiliarias con su plantilla actual pero estos fondos no están interesados en los equipos creados o su posible experiencia sino en los contratos de gestión de los que gozan las plataformas.

Fuentes cercanas al proceso de venta de Altamira, la inmobiliaria de Banco Santander, sostienen que el tema de la plantilla está resultando especialmente “delicado”. Después de todo, Santander es la entidad que más trabajadores destina al área inmobiliaria, con medio millar de empleados que estaría intentando traspasar íntegramente junto con su filial.

La entidad que preside Emilio Botín contrató a la consultora PriceWaterhouseCoopers para gestionar la operación, que ha captado el interés de fondos como Apollo, Cerberus, Centerbridge y Lone Star y está previsto se culmine antes de final de año.

Otro tanto de lo mismo ocurre en el caso de Aliseda, la plataforma inmobiliaria de Banco Popular, que cuenta con 285 trabajadores. En esta ocasión, explican desde el entorno del proceso, el traslado o no de la plantilla dependerá del comprador final, dadas las diferentes vías planteadas por Cerberus, Centerbridge o Kennedy Wilson. Popular, que acudió a KPMG para lanzar la venta, negocia la posibilidad de incluir en ella un compromiso de mantenimiento del empleo.

De cerrarse, como está previsto, estas dos últimas operaciones en las próximas semanas, la banca habrá externalizado la gestión de 100.000 millones de euros en ladrillo pero también el puesto de trabajo de otros 1.672 empleados.

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