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¿Último asalto bajista?

El Ibex forja un soporte de cemento armado en los 9.600 puntos. Europa a punto de confirmar patrones alcistas en forma de doble suelo. Wall Street no se detiene, continúa marcando nuevos máximos absolutos.

DESCENSO HACIA EL ABISMO EN EL CÉSAR ITALIANO. El selectivo italiano pasó ayer por momentos críticos durante la sesión. Perdió el lateral de las últimas semanas después de perder los 18.800/663 puntos y se fue en busca de la media móvil de las 50 sesiones y la parte baja del canal alcista del corto plazo. Al final de la jornada logró reponerse y recuperar los niveles perdidos intradía. Trazó un extenso martillo que en ningún caso debería ser perdido o la antigua resistencia superada en los 18.000 puntos serán puestos a prueba.
DESCENSO HACIA EL ABISMO EN EL CÉSAR ITALIANO. El selectivo italiano pasó ayer por momentos críticos durante la sesión. Perdió el lateral de las últimas semanas después de perder los 18.800/663 puntos y se fue en busca de la media móvil de las 50 sesiones y la parte baja del canal alcista del corto plazo. Al final de la jornada logró reponerse y recuperar los niveles perdidos intradía. Trazó un extenso martillo que en ningún caso debería ser perdido o la antigua resistencia superada en los 18.000 puntos serán puestos a prueba.

Una nueva jornada de sobresaltos en las bolsas europeas, especialmente con el suspense del Campeador y el César italiano. Pero esta vez tuvo un desenlace mucho más positivo que ayer. Europa acabó con sustanciales ganancias y muy cerca de confirmar los patrones de giro en sus gráficos en forma de doble suelo. Se esperaba una apertura al alza con empuje tras el extraordinario cierre en Wall Street el día previo. Y lo hubo. Todos los índices del continente abrieron la sesión con euforia y un hueco alcista que rondó el +1% de media.

Pareció que por fin la mayoría de índices de nuestro continente despegaban de sus soportes clave del corto plazo y que la sesión sería de claro control alcista. Pero tras media hora de negociación, se enfriaba la fibra de los toros y empezaban los descensos buscando cubrir los huecos dejados en apertura. Los selectivos más fuertes como el Káiser germano aguantaron bien y sólo lo cubrieron ligeramente. Otros como el César italiano lo cerraban, iniciando un vertiginoso descenso a los abismos. Hasta los 18.491 puntos llevaron los osos a las legiones italianas, perdiendo por la mínima la media móvil de las 50 sesiones. Las caídas superaban el -1% en el Mibtel. Los nervios y las amenazas bajistas volvían a primer plano.

El Campeador hacía lo propio con su gap y bajaba sin remisión al crítico soporte del corto plazo. Trazó mínimos en los 9.610 puntos con descenso de más del -0,5%. Hasta en tres ocasiones atacaron el soporte durante toda la mañana tras infructuosos intentos alcistas de alejarse del importante soporte. El inesperado movimiento bajista tuvo momentos en los que parecía que nuestro selectivo se iba a despeñar por el precipicio, para acompañar a su homóloga italiana. Los alcistas no lograban salir de los niveles críticos en el Ibex. Europa miraba con recelo todo este extraño último asalto que venía producido por el sector bancario en su mayor parte. Aún así, el resto de índices se mantenían por encima de sus respectivos huecos.

Fue tras la apertura americana, muy plana, cuando los alcistas lograron despegar con ímpetu para acabar la sesión en positivo y con una importante victoria. El César italiano terminaba con una exigua subida del +0,15% hasta los 18.780 puntos, trazando un extenso martillo que devuelve las esperanzas tras la siniestra pérdida de soportes intradía. Por su parte, el Campeador recuperaba a cierre los 9.708 puntos y marcaba un ascenso del +0,35%. El doble suelo sobre los 9.600 puntos se reafirma como un soporte de cemento armado. Ha resistido todos los ataques bajistas de la presente semana con una firmeza digna de mención. Dibujó una vela en forma de martillo que no logra superar a cierre el doji previo, aunque sí lo hizo intradía en la apertura, alcanzando máximos en los 9.784 puntos. Habrá que ver si el Campeador logra superar los 9.824 puntos para confirmar el doble suelo y poner rumbo a los 10.025 puntos.

El resto de selectivos europeos se quedó a las puertas de confirmar sus respectivas pautas en forma de doble suelo, a excepción de uno que sí lo consiguió. No es otro que el Káiser germano, la máquina de matar osos. Cerró la sesión en los 9.149 puntos con un ascenso del +1,06%. Con la pauta alcista confirmada ya tiene proyección para superar los 9.200 puntos y anular la estrella fugaz que pesa sobre su gráfico. Dejó trazada una pequeña peonza en forma de martillo sin apenas bajar a cubrir el gap de apertura. Por su parte, el General De Gaulle francés, ascendió un +1,04% hasta los 4.283 puntos y se queda a escasos catorce puntos de confirmar su doble suelo. Dibujó un pequeño martillo tras el gap de apertura que casi cubrió por completo.

En el Emperador europeo similares ascensos del +1,08% hasta los 3.053 puntos, trazando una vela sólida con sombra inferior. En su caso le quedan tan sólo siete puntos para confirmar la pauta de doble suelo. Por último, el Gentleman inglés que el día previo encendió todas la alarmas, ascendía un +0.56% hasta los 6.666 puntos. Intentó recuperar el soporte de los 6.700 puntos nada más empezar la jornada, pero a cierre se quedó a medio camino. Las fuerzas especiales británicas deberán hacer todo lo posible por no perder los 9.600 puntos y la media móvil de las 50 sesiones. Por debajo, los osos puedan iniciar un serio ataque tomando el control del corto plazo definitivamente. Los toros no darán señales de fortaleza hasta recuperar el mencionado soporte.

En Wall Street continuaron los ascensos tras la épica jornada previa anulando sus figuras bajistas. Los osos no han podido devolver el golpe recibido tras ser detenidos en su contraataque de la pasada semana. Ya citamos ayer los fuertes soportes que han dejado tras anular las pautas y la importancia de los niveles que se empiezan a dejar atrás. No habrá debilidad alguna en los toros mientras no se perforen los mínimos del jueves día siete. Hasta entonces sólo hay un camino, el de los ascensos. Los toros tienen el control total del corto plazo a pesar de las fuertes e ininterrumpidas alzas de la subida libre absoluta que se va retroalimentando máximo tras máximo.

El General Custer cerró sobre los 1.790 puntos con un +0.48% de ganancia. Pequeña y sólida vela de continuidad de las alzas. En el Sargento de Hierro, la subida fue del +0,35% hasta los 15.876 puntos, dibujando similar vela que su homóloga tras romper el lateral el día previo. Más reposada la tecnología después del atracón alcista anterior, con una ligera alza del +0,18% en el Nasdaq Composite. Cerró en los 3.972 puntos y coronó nuevos máximos anuales con una pequeña peonza sólida.

Ralph Nelson Elliott dejó escrito que “no existe nada más aceptado, que el hecho de que el universo está gobernado por leyes. Sin leyes, es evidente, que gobernaría el caos, y donde gobierna el caos, no existe nada más". Hoy, en el importante cierre semanal, sabremos si los alcistas logran confirmar las figuras de vuelta en Europa o los osos vuelven a sembar el caos.

Elliott (1871-1948) nació en Marysville, Kansas. En 1896, se inició en el campo de la contabilidad, y durante veinticinco años desempeñó cargos de ejecutivo en varias empresas de ferrocarriles en Centroamérica. Después de salvar numerosas empresas de situaciones financieras difíciles, Elliott se ganó una buena reputación como experto en dirigir grandes negocios.

La razón por la que Elliott dejó el sector ferroviario para dedicarse al estudio de los mercados, fue por una grave anemia que le obligaría a volver a los Estados Unidos y dejar su carrera de forma prematura a los 58 años. Durante cinco años, estará a punto de morir. Elliott necesitaba algo para ocupar su mente mientras se recuperaba de su grave situación y se dedicó a estudiar las fluctuaciones del índice del Dow Jones en periodos de más de 70 años.

Con el resultado de sus observaciones empezó a tejer poco a poco su teoría, la cual fue publicando en diferentes medios especializados. Por suerte, dos años antes de su muerte recopiló todas sus ideas en la que sería realmente su verdadera obra maestra: “La ley de la naturaleza, El secreto del Universo”. En parte se basó en la Teoría de Dow, analizándola en mayor profundidad, y tras años de estudio, identificando patrones adecuados para hacer predicciones.

Elliott, como operador de bolsa, no pudo nunca poner en práctica sus observaciones, su avanzada edad se lo impidió, pero su verdadera motivación fue la de intentar ayudar a los futuros traders. A día de hoy, podemos afirmar que su propósito fue alcanzado con creces ya que su legado aún perdura y sus ideas son seguidas por multitud de operadores que las utilizan como base de sus sistemas de inversión. Sin duda, a Ralph Elliott le hubiese agradado poderlo ver. Les dejo con un hermoso párrafo de su libro. Feliz fin de semana a todos. Volvemos el próximo día 26 de noviembre. Hasta entonces, mucha suerte en sus operativas.

"Una generación pasa, y otra generación llega, pero la tierra siempre permanece. El sol también sale, y se pone, y se apresura a marcar el lugar del que salió. El viento va hacia el sur, y se gira hacia el oeste; gira continuamente, y el viento vuelve otra vez a sus círculos: todos los ríos van al mar; y el mar no está lleno; a la corriente de donde vinieron vuelven de nuevo. Lo que ha sido, es lo que será; lo que se ha hecho, es lo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol".

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