SGR: un reto, una oportunidad
Después de cinco años de crisis económica en los que la actividad empresarial se ha debilitado paulatinamente, es indudable que las nuevas exigencias de capital aprobadas por el Parlamento para las sociedades de garantías recíprocas (SGR) representan una dificultad adicional a las que ya tiene planteadas el sector. Aunque, es muy probable que este nuevo inconveniente pueda revelarse, a medio plazo, como la gran oportunidad que permita impulsar la actividad de las SGR en beneficio de las pymes y de los empresarios autónomos.
Las SGR españolas, como entidades financieras de intermediación, se han visto afectadas por la caída del negocio de las empresas en este periodo de crisis, en el que se ha producido también un importante proceso de reestructuración en el sector bancario.
Consecuencia de ello ha sido, por un lado, la reducción del volumen de avales otorgados; y por otro, el encarecimiento de los costes de intermediación. Sin embargo, a pesar de todo ello, el sector de garantías goza de buena salud, con una ratio media de solvencia significativamente por encima de los mínimos exigidos actualmente al sector bancario.
Las 23 sociedades que operan en España concentran más de 112.000 empresas asociadas —casi 760.000 trabajadores—, con las que han formalizado avales por más de 25.750 millones de euros, con un riesgo vivo que supera los 5.500 millones y una inversión inducida de 33.500 millones.
Es verdad que el riesgo vivo se ha reducido en cerca de 900 millones de euros en este periodo de crisis. Una cantidad muy significativa, sin duda, ya que representa un descenso de un 14% aproximadamente. Pero también debemos reconocer que, en términos comparativos, esta cifra se sitúa por debajo de la caída general de la actividad.
Por ejemplo, el crédito bancario destinado a las pymes se ha reducido en un 30% desde 2008. La propia facturación de las empresas, en su conjunto, ha disminuido en más de siete puntos desde 2010. Y la evolución de los beneficios empresariales ha anotado tasas negativas que en 2011 superó los 34 puntos porcentuales y en 2012 los 62 puntos.
En todo caso, el hecho de que la modificación de la normativa exija ahora a las SGR un capital social mínimo de diez millones de euros y unos recursos propios no inferiores a 15 millones, aboca a las propias sociedades a avanzar en un debate ya planteado en ejercicios anteriores sobre la oportunidad de fortalecer el sector y las distintas vías para conseguirlo.
Creo sinceramente que hay que transformar la amenaza en una oportunidad. Y que requiere por parte de todos los responsables del sector, entre los que me encuentro, un esfuerzo para intensificar nuestra colaboración, con el fin de ampliar alianzas y garantizar la atención a las necesidades financieras de las pymes en todos los territorios.
Estoy convencido de que a las SGR saldrán fortalecidas de este proceso y, a medio plazo, estaremos asistiendo a un incremento sensible de las cifras de riesgo vivo, en la confianza de que podemos ofrecer soluciones imaginativas y eficaces de inmediato. Como apunta el Banco de España en el Boletín Económico de octubre, los elevados costes de financiación de la banca española podrían estar actuando como freno al proceso de recuperación económica, especialmente en lo que se refiere al crédito a las pymes.
Y por eso resulta imprescindible que herramientas como las SGR, tan pegadas a la economía real, crezcan en un entorno que valore las garantías pero también el proyecto de futuro que plantean las pequeñas y medianas empresas españolas. De ello depende en gran medida el empleo.
Sobre ello, a buen seguro, reflexionaremos sosegadamente en el transcurso de las jornadas del XIX Foro Iberoamericano de Sistemas de Garantías, que se celebrará en España en septiembre de 2014. Como es sabido, durante la celebración del último plenario del Foro en Brasil, éste aprobó la candidatura presentada por Iberaval para organizar la próxima edición en nuestro país, cuyas jornadas tendrán lugar en Madrid, Logroño y Valladolid, capitales del ámbito geográfico tradicional en el que opera Iberaval, SGR.
José Rolando Álvarez es Presidente de Iberaval, SGR