Amper podrá seguir negociando con la banca hasta el 16 de diciembre
Amper ha vendido la empresa Epicom por 4,6 millones de euros a la sociedad cotizada Duro Felguera, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta desinversión permite al grupo cumplir con una de las exigencias que le imponían los bancos que conforman su sindicado, compuesto por unas 22 entidades financieras, para aplazar una vez más el actual acuerdo de stand still -interrupción de las obligaciones financieras de pago de la deuda- hasta el próximo 16 de diciembre y, lo que es más importante, ganar tiempo para negociar una reestructuración de su deuda sindicada, que asciende a unos 120 millones de euros.
Amper ha vendido la totalidad de las acciones representativas del capital social de Epicom, especializada en el desarrollo de software de seguridad y defensa, por un total de 4,6 millones de euros a la empresa asturiana Duro Felguera. La venta, que ha quedado perfeccionada este jueves, se encuadra dentro del Plan Estratégico 2013-2016 del grupo Amper y, más concretamente, en su Plan de Optimización de la Estructura de Capital.
El 30 de septiembre, Amper llegó a un acuerdo con las entidades financieras para la prórroga del stand-still vigente desde 1 de julio. Según este acuerdo, la interrupción de las obligaciones financieras de pago de la deuda permanecería en vigor hasta el 31 de octubre de 2013 y se prorrogará automáticamente hasta el 16 de diciembre en el caso de que entrara efectivo o la firma desinvirtiera en activos no estratégicos.
El grupo indicó que su intención es proponer a los bancos distintas alternativas para la reestructuración de la deuda, que en cualquier caso serán analizadas por las entidades financieras incluidas en el sindicado.
La firma añadió que la continuidad de las operaciones estaba condicionada a la resolución “satisfactoria” del proceso de refinanciación y a la obtención de fuentes de financiación adicionales que permitan la ejecución del Plan Estratégico 2013-2016 y garantice la “viabilidad de la compañía en el corto, medio y largo plazo”.
“El no poder ejecutar el plan de negocio podría tener un impacto relevante en la valoración de los importes recuperables de los fondos de comercio y de los activos por impuesto diferido registrado en el activo del balance de situación que determinaría la existencia de pérdidas por deterioro de los mismos”, reconoció entonces la empresa.