Merkel vacía de contenido las elecciones europeas
La canciller alemana, Angela Merkel, no acepta que Bruselas le haga la más mínima sombra. Y para evitarlo, está dispuesta incluso a sabotear la principal novedad de las próximas elecciones europeas: que el resultado de la votación decida la futura presidencia de la Comisión Europea.
Merkel advirtió ayer (jueves 24 de octubre) a sus colegas del Partido Popular Europeo (PPE), incluido Mariano Rajoy, que no tiene ningún interés en que esa formación presente una candidatura común y potente a la presidencia de la Comisión, como tienen previsto hacer el resto de partidos.
La canciller ha invocado, en primer lugar, sus negociaciones en Berlín para formar Gobierno de coalición con los socialistas del SPD como motivo formal para retrasar la elección de un candidato conservador. Pero en varias capitales se teme que su resistencia se debe a un motivo mucho menos coyuntural.
"Merkel no quiere que la presidencia de la Comisión gane en credibilidad y visibilidad democrática porque reforzaría a ese organismo", señala una fuente europea. La canciller ha socavado durante los últimos cuatro años la fortaleza de la Comisión, hasta convertirla en un invitado casi de piedra en una "unión intergubernamental" dirigida de las capitales. Y no parece dispuesta a que el lustre democrático recupere a Bruselas de esa postración.
La idea de Merkel no convence a otros gobiernos del PPE. Fuentes españolas aseguran que Rajoy le expresó este jueves en persona sus objeciones durante su encuentro bilateral con la canciller en el castillo de Meise, a las afueras de Bruselas.
El Gobierno español considera un error estratégico que el PPE no presente una candidatura. Primero, según las fuentes consultadas, porque "regalaría" la presidencia de la Comisión a los socialistas, probablemente al alemán Martin Schulz.
Y segundo, porque a su juicio vaciaría de contenido una de las novedades del Tratado de Lisboa que pretendían reducir el siempre temido déficit democrático de la Unión. Un déficit que a diferencia del presupuestario no parece preocupar para nada en Berlín.
Foto (retocada): Castillo de Meise, a las afueras de Bruselas (B. dM., 24-10-13).