Más que caza, pasión por el campo
España encandila a propios y extraños no solo por sus montes, también por la cuchara
Una montería es algo único que solo es posible vivir en nuestro país. La caza está profundamente ligada al medio rural y saliendo de las ciudades se puede comprobar su importancia.
Casi todas las regiones inician en estos días la temporada cinegética y dan la bienvenida a los aficionados tanto locales como foráneos que llegarán cada fin de semana. Y es que dicha actividad genera en nuestro país más de 3.600 millones de euros cada año, según la Real Federación Española de Caza (RFEC).
En torno a la cinegética se mueven restaurantes, empresas de explotación, taxidermias, alojamientos turísticos y multitud de pequeños negocios relacionados. “Una afición que comparten además el casi millón de personas que disponen de licencia de caza en estos momentos”, explican desde la RFEC.
Pero también resulta una estupenda forma de acercarse a la naturaleza y a rincones muchas veces olvidados por las guías turísticas.
“España ofrece los mejores parajes de Europa para la práctica de la caza”, apunta Andrés Gutiérrez, presidente de la RFEC. Privilegios que se disfrutan en la Sierra de Cazorla (Jaén), Sierra Morena (Córdoba), en la estepa extremeña, en los Picos de Europa (Asturias) o paseando por los Montes de Toledo.
Precisamente en la localidad toledana de Los Yébenes, llevan años centrados en la promoción y la oferta del turismo cinegético. Su alcalde, Pedro Acevedo, explica que “la actividad en la zona nos ha llevado a ser el epicentro de la caza en los Montes de Toledo” y, a pesar de la crisis, cada año el número de visitantes va en aumento.
La cifra
3.635 millones de euros movió la caza en España en 2011, tanto a través de negocios directos como indirectos.
La reciente apertura del Museo de Ciencias Naturales de Los Yébenes, en colaboración con el CSIC, el Museo Garoz de Caza y el museo de Los Quintos de Mora, aglutina la cultura cinegética de la comarca.
“Todo ello unido a nuestra gastronomía y hostelería es referencia turística en Castilla-La Mancha”, explica Acevedo. Sin duda, el lugar idóneo para disfrutar un fin de semana de campo. (Para saber más, www.losyebenes.es).
La crisis ha bajado a la fuerza el precio de una cacería: “Ahora desde 150 euros al día se puede practicar”, explica el presidente de la RFEC. Eso sí, en el mercado también existen ofertas que pueden no bajar de los 10.000 euros un fin de semana. “Hay de todo para todos los bolsillos. Se debe abandonar el mito de que es una afición para ricos”, apostilla Gutiérrez.
Quizá sea por el precio –considerablemente más asequible que en otros países de Europa– o por la existencia de especies únicas como la perdiz o la cabra montés, pero España es ahora mismo el destino preferido por los cazadores extranjeros. Aficionados ingleses, italianos y rusos, principalmente, disfrutan también de la cultura y la gastronomía cuando visitan ciudades y pueblos del interior.
Y en ello, mucho tiene que ver la red de Paradores de Turismo, ligada desde siempre a la actividad cinegética. De hecho, algunos como el de Toledo ofrecen un extenso catálogo de actividades y una carta a base de los platos más típicos como perdiz escabechada o venado. Directo del campo a la mesa. (Más información: www.parador.es).
Pesca por los cuatro costados
La gran riqueza de las aguas que fluyen por Extremadura eleva esta región a paraíso para la práctica de pesca deportiva.
El Parque Nacional de Monfragüe, en la provincia de Cáceres, cuenta con una de las mayores reservas piscícolas de España y es de las pocas zonas protegidas donde se puede practicar, siempre bajo petición de una autorización. Allí se pueden localizar hasta 34 especies de peces, 20 de ellas autóctonas y algunas tan afamadas como la trucha arco iris o la anguila.
Asturias es también región de pesca y la captura del salmón es uno de los eventos más esperados cada año por los aficionados. Para disfrutarlo habrá que esperar a la próxima primavera cuando aparecen también en las cartas de los restaurantes.
Pero al margen de la pesca deportiva y fluvial, en el litoral mediterráneo se impone el llamado “turismo marinero”, donde se permite acompañar a los pescadores profesionales en una jornada en alta mar para así conocer los entresijos de la actividad. La cofradía de pescadores de Roses (Gerona) es la pionera en ofrecer estos servicios.