Restricciones a los medicamentos innovadores
Sociedades científicas, gestores y la industria farmacéutica denuncian los retrasos en algunas comunidades y hospitales
Cuando un nuevo fármaco es aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, en España, Sanidad negocia con las compañías farmacéuticas su precio de reembolso para entrar en el Sistema Nacional de Salud. Con ese paso, los médicos ya podrían utilizarlo en los pacientes. Pero la realidad es que hay más barreras: las de las consejerías de Salud y la de las gerencias de los propios hospitales. Las restricciones presupuestarias están retrasando el acceso a los nuevos fármacos. Numerosas voces han salido en las últimas semanas a denunciarlo. “Se están produciendo desigualdades según comunidades y según hospitales. Tenemos una sanidad de primera, de segunda y de tercera. Es distinto dónde enfermes, qué cartera de servicios tenga, qué calidad y, sobre todo en este momento, qué diferencias en el tiempo de accesibilidad a los fármacos tienen las distintas comunidades”, denuncia Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa).
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) alertó recientemente de las desigualdades en el acceso a los medicamentos para tratar la enfermedad. En 22 de los 80 hospitales encuestados existe al menos un fármaco que en alguna de sus indicaciones no puede estar disponible pese a estar aprobado para ese uso en España. Y en 40 centros existen limitaciones. “Si el ministerio lo aprueba, no entiendo por qué luego cada comunidad autónoma o cada hospital vuelve a evaluarlos. ¡Si hay alguna pega, que no se aprueben! Es el colmo que no se puedan utilizar en unos hospitales y en otros sí”, lamenta Juan Jesús Cruz, presidente de SEOM. En su estudio, Cataluña y Andalucía son proporcionalmente donde más problemas se observan.
La primera barrera para la entrada de fármacos innovadores, que deben mejorar los ya existentes, son los retrasos en las negociaciones que mantiene Sanidad con las compañías, un periodo que habitualmente lleva seis meses, pero que se ha triplicado en los últimos dos años, según fuentes de los laboratorios.
Pero Sanidad se defiende. “Todos estamos de acuerdo en utilizar el mejor tratamiento. Pero las restricciones presupuestarias no dependen del ministerio ni de las comunidades, sino de Hacienda, de las consejerías de Hacienda y de la autoridad monetaria europea”, aseguraba Carlos Lens, subdirector general de Calidad de los Medicamentos y Productos Sanitarios del departamento que dirige Ana Mato. Hizo estas declaraciones en el Foro por una Atención Oncológica de Calidad, organizado por la Fundación ECO. Incluso fue más allá. De los 40 últimos nuevos medicamentos aprobados, “casi ninguno de los nuevos es coste efectivo”, afirmó. Y culpó a las farmacéuticas de unas exigencias difícilmente asumibles. “Hay mucho que discutir” con las compañías farmacéuticas, cree Lens, porque en determinados casos “hay diferencias de precios que pueden ser del 300%” entre lo que se paga en la UE y lo que pagan países colindantes como Turquía o exrepúblicas soviéticas. “Es evidente que Europa, como principal financiador de los sistemas de salud, es el lugar donde el oferente de medicamentos pone precios más altos”, lamentó. Estos “altísimos precios” exigidos por los laboratorios, según Lens, “han obligado a negociaciones muy intensas”.
“Las farmacéuticas ponen los precios más caros en la UE”, según Sanidad
“Esa diferencia de precios no es correcta. España es uno de los países con los precios más bajos, un 20% por debajo de Francia o de Alemania”, contesta José Ramón Luis-Yagüe, director de relaciones con las comunidades autónomas de Farmaindustria, quien asegura que solo en oncología hay 16 fármacos a la espera que se utilizan en Europa y no en España. En el mismo foro, José Martínez Olmos, portavoz de Sanidad del PSOE y anterior secretario general del Ministerio de Sanidad, apuntó que en este momento existen “decenas de medicamentos” que ya se usan en otros países europeos y no aquí. “Nuestros compañeros oncólogos en Europa tienen acceso a otros medicamentos”. Una cifra que Lens redujo a seis.
Pero la segunda barrera, y la que provoca desigualdades entre ciudadanos por territorios, se da en la utilización de las innovaciones ya aprobadas. “Hay dobles o triples restricciones, en las comisiones regionales, en los hospitales e incluso en los protocolos de uso de las guías farmacoterapéuticas”, denuncia el directivo de Farmaindustria. Este experto destaca la limitación en patologías con tratamientos caros, como los de oncología, los nuevos anticoagulantes orales, antidiabéticos y para hepatitis C. “Sí hay desigualdades en los fármacos más importantes, como pueden ser los más innovadores en las patologías más prevalentes y más caras, como para el cáncer”, reconoce Estévez, de Sedisa. “Las consejerías y las direcciones de los hospitales retrasan su incorporación por razones exclusivamente presupuestarias”, añade.
“Estas trabas conllevan una falta de equidad”, recuerda el doctor Cruz, quien cree que estas dificultades no afectan a la vida de los pacientes. “Espero que sí haya alternativas terapéuticas”. Este médico recuerda que en España no existen análisis de coste-efectividad de las nuevas terapias, por años de calidad de vida que vaya a otorgar el paciente. “Solo se mira si el impacto económico es asumible” y los estudios de efectividad son ofrecidos por las compañías.
Para algunas enfermedades, el impacto económico puede ser muy considerable, explica Estévez: “El 30% del presupuesto de farmacia de un hospital lo consume el tratamiento del cáncer. Si a eso se añade la radioterapia, supone más del 40%. ¿Puede la sociedad pagar un medicamento que para ganar un periodo corto de vida? Yo creo que sí”.
Víctor Rodríguez, de pacientes de Gepac: “Pedimos que no nos penalicen con retrasos y copagos”
Fue director comercial de una multinacional de la construcción, pero en 2009 Víctor Rodríguez (Murcia, 1975) fue diagnosticado con un linfoma no Hodgkin. Actualmente se dedica profesionalmente a la dirección general del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac).
Pregunta. ¿Cómo están afectando los recortes y la falta de recursos a los pacientes oncológicos?
respuesta. Los recortes en el ámbito sanitario se están basando en medidas de ahorro en personal sanitario y en repagos de los medicamentos por parte de los pacientes. Lo que percibimos es que estamos recibiendo una peor calidad en la atención clínica, porque se invierten menos recursos en profesionales y, además, un empeoramiento de nuestra situación económica, dado que muchos fármacos, no solo oncológicos, sino también aquellos que necesitamos para tratar los efectos secundarios, ahora debemos copagarlos.
P. ¿Cómo afecta a la calidad de vida y posibilidad de cura los retrasos en el uso de las innovaciones de fármacos?
r. De manera muy considerable. Hay que tener en cuenta que los nuevos fármacos aprobados en Europa, y posteriormente en España, son aprobados bien porque han demostrado una mejora en la calidad de vida del paciente, una disminución de la toxicidad o los efectos secundarios, o bien aumentan la supervivencia. Cualquier traba para acceder de manera inmediata a un tratamiento que ya está disponible y cuya efectividad ha sido probada es un problema. Hay que tener en cuenta que el tiempo es fundamental para un paciente con cáncer y, muchas veces, una rápida intervención y actuación es clave para la evolución de la enfermedad y para la calidad de vida. Por ello, nos parece preocupante que se estén dando este tipo de situaciones.
P. ¿Considera que se está produciendo desigualdad según en la región en la que se viva?
r. No solo los oncólogos, sino la propia Administración, ha reconocido que existen diferencias de acceso a los tratamientos según la comunidad autónoma. Consideramos que tanto desde el Gobierno central como desde los autonómicos deben sumarse esfuerzos para que los pacientes con enfermedades graves como el cáncer tengamos garantías plenas de que seamos de donde seamos vamos a recibir el mejor tratamiento posible.
P. ¿Qué les pide a las autoridades?
r. Pedimos que no recorten en los pacientes con cáncer y no nos penalicen por el hecho de estar enfermos a través de copagos o retrasos en la aprobación de tratamientos. Que no destruyan el Sistema Nacional de Salud que tenemos, que es uno de los mejores del mundo.