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El preconcurso de acreedores deja bajo mínimos la cotización

Los dueños de preferentes de Fagor perderían un 95% si quieren liquidez

 Varias personas caminan junto a la factoría de la empresa Fagor en la localidad guipuzcoana de Mondragón.
Varias personas caminan junto a la factoría de la empresa Fagor en la localidad guipuzcoana de Mondragón. EFE

Vender las preferentes de Fagor en el mercado secundario implica asumir pérdidas del 95%. El preconcurso de acreedores del fabricante de electrodomésticos ha hundido el precio y la liquidez de estas participaciones en el mercado secundario.

Los alrededor de 10.000 inversores, según fuentes de mercado, que adquirieron las aportaciones financieras subordinadas de Fagor tienen de entrada dos opciones. Primera, quedarse con los títulos a la espera de que haya alguna solución para la empresa. Segunda, tratar de venderlos en el mercado secundario de renta fija.

El problema es que el preconcurso de acreedores ha provocado una avalancha de órdenes de venta que ha tumbado el precio de las cotizaciones de esas participaciones. Desde el cierre del 15 de octubre –al día siguiente fue cuando saltaron todas las alarmas–, las aportaciones financieras colocadas en 2003, 2004 y 2006, por un total de 185 millones de euros, han perdido más de un tercio de su valor. Además, las únicas órdenes de compra se sitúan en el entorno del 5% del nominal, lo que implicaría unas pérdidas del 95% respecto a la inversión inicial.

Una empresa en preconcurso de acreedores tratará de llegar un acuerdo global pero si no es posible esta situación da paso directo al concurso, con el que protegen su caja. En ninguno de los dos escenarios es previsible que Fagor vaya a seguir pagando los intereses de sus aportaciones financieras.

Es más, en el eventual caso de que Fagor se viera abocado a la liquidación sus dueños se situarían al final de la lista de acreedores, solo por delante de los cooperativistas: los demás acreedores cobrarían antes que ellos. A diferencia de las preferentes de empresas y entidades financieras, el producto del fabricante de electrodomésticos paga la rentabilidad aunque haya registrado pérdidas en el ejercicio anterior.

La primera venta data de diciembre de 2003 y febrero de 2004 y supuso la puesta en circulación de 60 millones de euros en este tipo de deuda. Hasta ahora, pagaban el euríbor a seis meses (actualmente en el 0,34%) más 3,5 puntos porcentuales. La segunda colocación, por 125 millones, se efectuó entre junio y julio de 2006, con unas participaciones al euríbor aunque esta vez a un año (en el 0,54%) más el mismo diferencial.

Los dueños de estas participaciones, que pudieron adquirirse desde 900 euros, adquirieron las participaciones a través de varios intermediarios financieros. En 2003 fueron Santander, Caja Laboral y La Caixa; en 2006 se amplió el abanico de intermediarios a BBK, BBVA y Banco Popular.

Una fórmula para recuperar el dinero, al margen de vender en el mercado, es presentar una reclamación judicial, al igual que están haciendo algunos de los afectados por los problemas de las preferentes de la banca.

Eso sí, ni en 2003 ni en 2006 estaba en vigor la Mifid, la directiva europea diseñada para proteger a los pequeños inversores, de forma que los filtros a los que las entidades debían someter a los eventuales compradores eran muy inferiores a los necesarios a partir de noviembre de 2007. Fuentes jurídicas señalan que lo más lógico en un primer momento es intentar la reclamación contra el colocador (la entidad financiera en la que se adquirieron las participaciones) y en un segundo momento, contra el emisor (Fagor).

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