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A Fondo

Esas “rancias” recetas energéticas

Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía.
Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía.Pablo Monge
Carmen Monforte

El martes pasado, FAES presentó sus propuestas para “una estrategia energética nacional”. Un informe que supone la revisión del que esta fundación ligada al PP publicó en 2011, antes de su llegada al poder. La presentación del estudio generó el morbo habitual de los actos de la que se define como plataforma de debate social y ha venido a coincidir con la tramitación o digestión de la reforma eléctrica aprobada en julio por el Gobierno.

 En este caso, la expectación resultaba mayor ya que la presentación corría a cargo, entre otros, del secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, quien volvió a vender como la solución final del déficit de tarifa una reforma que en el propio ministerio reconocen que se les ha ido de las manos.

Aunque sus primeras palabras se las dedicó a FAES, ese foro de debate tan necesario, en su opinión, lo cierto es que esta fundación había aplazado varios meses la publicación del informe “a petición” del Gobierno para evitar coincidir en el tiempo con la reforma eléctrica. Además, si de algo ha carecido esta reforma, ha sido de debate. Nadal ganó la batalla a la transparencia informativa al mantener en el más estricto secreto hasta el último minuto un ambicioso paquete de medidas que no pasó ni por la Comisión Delegada para Asuntos Económicos.

Ni el informe de FAES ni la intervención del secretario de Estado, que se limitó a ofrecer unos retazos de su reforma, soprendieron a la audiencia. En el primer caso, porque es más de lo mismo. Viejas y “rancias” recetas -según palabras de un asistente-, que trufan liberalización con planificación vinculada, sin tener en cuenta la profundidad de la crisis que se acerca cada vez más a la médula del sistema. Y, en el caso de Nadal, porque se ciñó al discurso que repite casi textualemente desde su llegada al ministerio, obviando que el déficit de tarifa (objetivo último de la reforma) sigue vivo y coleando. Según el propio ministro de Industria, José Manuel Soria, este año habrá una desviación de hasta 3.000 millones.

FAES coincide con la reforma eléctrica en culpar a las renovables de la crisis del sistema eléctrico

Además de lo baldío de unas propuestas a destiempo, que solo miran hacia horizontes lejanos, al auditorio le chocó que Nadal no hiciese alusión en su discurso a las medidas propuestas por FAES (un total de 40) y se limitara a reiterar su diagnóstico sobre la situación del sector y las polémicas medidas que parece haber aplicado casi con total autonomía.

Con la vista en el retrovisor, el secretario volvió a acusar al Gobierno socialista del descontrol del coste de las renovables, razón principal de la crisis financiera del sistema. Y absolvió una vez más al PP, pasando por alto que cuando estaba en la oposición este partido rechazó de plano cualquier pacto de Estado sobre energía que implicase subir las tarifas a sus electores. Y por supuesto, que el primer decreto de retribución del régimen especial (el 431/2004) fue obra in extremis del último Consejo de Ministros del Gobierno de José María Aznar.

De presumir del liderazgo mundial de España en el ámbito de las energías verdes (así se recoge en el proyecto Marca España) se ha pasado a la actitud vergonzante de los responsables de Industria. El consumidor español ha hecho el primo con las primas de las renovables, viene a decir el secretario de Estado de Energía, “al pagar la curva de aprendizaje de las tecnologías fotovoltaicas”, por las que se pagaron siete millones de euros/MW, cuando el coste actual es de solo un millón de euros/MW. O cuando afirma que un 70% del total de termosolares están instaladas en España. ¿Y por qué no las incluyo Soria en su moratoria renovable?

A Alberto Nadal le asombra que decisiones tan importantes como las retribuciones del régimen especial se aprobasen a través de simples reales decretos, en lugar de normas con rango de ley. ¿Hay alguna diferencia a efectos de debate parlamentario entre un RD o los RDL de los que tanto abusa este Gobierno? Más bien, niguna. Tan solo que a las afectadas se les impide buscar justicia en los tribunales.

Hay quien opina que las propuestas de FAES y las medidas incluidas en la reforma eléctrica son coincidentes, pero no parece así, salvo en el diagnóstico de responsabilidad de las renovables en la crisis del sistema y en el sesgo a favor de las eléctricas tradicionales. De hecho, a las de Unesa  les gusta la música de los informes de FAES.

Esta defensa es palpable en el nuevo informe, que no duda en subrayar el descontrol de los costes de las renovables (pide que las subvenciones se sustituyan por incentivos fiscales), olvidando en cambio el de los ciclos combinados, cuya sobrecapacidad es manifiesta. FAES vuelve a apoyar a ultranza la construcción de nuevas centrales nucleares, ocultando las fuertes desviaciones de los costes de los dos plantas en construcción en Europa. La fundación del PP va por delante incluso del capital privado (inversores, bancos) que hace tiempo dieron la espalda a tan onerosos proyectos.

En cuanto al afán de liberalizar unos mercados sin base para la libre competencia, ni siquiera la reforma ha entrado en ello. A Industria no parece preocuparle el funcionamiento del pool, del que no trata ninguna de las 12 normas de la reforma.

FAES es partidaria de las prospecciones petrolíferas y el fracking, pero no tiene en cuenta problemas como el del almacén Castor;de la seguridad jurídica y la armonización de la normativa energética, cuando las medidas que proponen conducirían a dicha inseguridad y de un regulador energético fuerte e independiente, cuando la CNE acaba de ser fusionada en un simple supervisor, la CNMC.

El estudio sí se hace eco de la noticia de última hora: el abultado déficit que se producirá aún este año. En este sentido, pide que se titulice la nueva deuda con el aval de Estado, y que al año que viene se establezca un mecanismo de control automático. Casualmente, algo que sí incluye la reforma.

Sobre la firma

Carmen Monforte
Es redactora de Energía de Cinco Días, donde ocupó también los cargos de jefa de Especiales y Empresas. Previamente, trabajó como redactora de temas económicos en la delegación de El Periódico de Cataluña en Madrid, el Grupo Nuevo Lunes y la revista Mercado.

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