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LOS QE’s SON UN ERROR.

En la batalla por la sucesión en la Fed parece que ha triunfado la candidatura de Yanet Yellen lo que implica una visión de continuismo versus a otras opciones como la de Larry Summers. Una de las señas de identidad de la política monetaria de Bernanke han sido las compras de bonos o “QEs” que Yellen ha apoyado firmemente y que, bajo nuestro punto de vista, son un significativo error. Es posible que la primera edición en marzo de 2009 pudiera tener su sentido para estabilizar a los mercados, pero las sucesivas reediciones son una clamorosa equivocación. El mercado llevado por la inmediatez valora que las alzas en las bolsas y la contención de los tipos a largo plazo son buenas pruebas del éxito de este conjunto de medidas, pero realmente la pregunta que debería hacerse es si estas medidas contribuyen a canalizar el ahorro en nueva inversión productiva. En un entorno de tipos cercanos a cero se producen una serie de efectos perjudiciales al sector financiero y por tanto a la canalización del ahorro en inversión:

1-La financiación bancaria se ve deteriorada en la medida en que ésta tiene un modelo de negocio por el que se endeudan a corto plazo e invierten a largo plazo. Las políticas de compras de bonos no hacen más que bajar los tipos de interés de largo que es la base de la remuneración de los activos bancarios.

2- Los tipos de interés cercanos al 0% interfieren en la cartera de crédito bancaria. Normalmente las entidades funcionan con un spread entre la remuneración de los depósitos y los tipos cargados en los créditos de cerca del 3%. Con este margen las entidades cubren sus riesgos operativos. Sin embargo, cuando los tipos están muy bajos, las grandes empresas, optan por emitir bonos que les permite acceder a tipos de interés más bajos de cerca del 1%. Estas grandes entidades no contribuyen a sufragar así los gastos operativos de los bancos.

3-Los bancos prefieren operar con importantes volúmenes de reservas dado que una retirada de depósitos no puede ser compensada con una petición de fondos en un mercado interbancario que no funciona.

La actual política monetaria de la FED consigue fundamentalmente la refinanciación de créditos fallidos sin apenas coste financiero. Ello necesariamente implicará una caída de la productividad general de la economía. Además es presa del desorden fiscal a nivel general y concreto que se está produciendo. Actualmente el debate presupuestario americano está centrado en las dificultades para elevar el límite de la deuda, pero eso no es más que la manifestación de una realidad más general que es la inexistencia de un plan de medio plazo de contención del desequilibrio de las cuentas públicas.

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