El BCE endurecerá el examen sobre la calidad de los activos de la banca
Analiza reclamar en las pruebas de solvencia hasta las fechas de tasación La banca española cree que aprobará con nota las nuevas peticiones de los test
Quedan aún varios meses para que la banca europea tenga que volver a examinarse para comprobar su grado de salud. Pese a ello, la Autoridad Bancaria Europea (EBA en sus siglas en inglés) y en mayor medida el BCE, ya llevan tiempo debatiendo con los diferentes bancos centrales de cada país la metodología y nuevas exigencias que reclamaran a las entidades financieras para comprobar su solvencia.
El presidente de la EBA, Andrea Enria, reconoció ayer, de hecho, que en estos momentos se está desarrollando la metodología para las próximas pruebas de solvencia que se llevarán a cabo en 2014. Y destacó que su organismo trabaja junto al BCE para desarrollar un “enfoque apropiado”.
Dentro de este contexto, ambos organismos supervisores tantean endurecer los exámenes sobre la calidad de los activos de la banca europea. Para ello, han anunciado su intención de pedir a las entidades financieras todas las garantías con las que cuenta su cartera crediticia, la fecha de las tasaciones de sus hipotecas y préstamos vinculados al sector inmobiliario y las provisiones con las que están cubiertos sus activos dudosos, explican varias fuentes bancarias españolas.
Esta es una novedad sobre las pruebas de resistencia anteriores realizadas por la EBA. “Sobre todo el que detallemos la añada de los créditos, una reclamación novedosa y cuyos resultados pueden sorprender. Hay que tener en cuenta que cuanto más antigua es la cartera su calidad empeora y su provisión aumenta”, declara un directivo de un banco español. Otro directivo añade que “no hay nada cerrado aún sobre la metodología que va a emplear el BCE en los test de estrés que realizará el próximo año, pero ya ha comenzado a explicar su intenciones”, añade el directivo de un destacado grupo español.
Su explicación coincide con la del presidente de EBA, quien ayer comunicó que hasta “el momento, no se han tomado decisiones finales sobre aspectos metodológicos”. Una de las claves para que se cierren los criterios que imperarán en estos nuevos test de estrés se encuentra la influencia que puedan tener los distintos bancos centrales europeos. En esta ocasión, el Banco de España ha pedido al BCE que los test de estrés sean rigurosos y exigentes.
Ahora una de las fortalezas de la banca española frente a la de otros países europeos es su alto nivel de provisiones y la actualización de sus carteras, de ahí, explican fuentes financieras, que las posibles nuevas exigencias del BCE y de la EBA pueden ser “bastante positivas” para el sector financiero nacional. Otras fuentes bancarias aseguran que si finalmente prosperan estas exigencias la banca española podría, en general, salir airosa de las pruebas, e incluso aprobar con buena nota.
Tan solo el pasado año las entidades nacionales tuvieron que revisar y provisionar gran parte de su cartera crediticia, sobre todo la vinculada al ladrillo, tras la aprobación de los dos decretos conocidos como Guindos I y Guindos II. El primero, aprobado en febrero de 2012, exigió a la banca aumentar sus provisiones en 50.000 millones de euros para cubrir los activos más tóxicos del sector del ladrillo: los créditos morosos, los subéstándar y los activos que los bancos se han quedado por el impago de créditos. Y tres meses después provisionó otros 28.000 millones extra para cubrir una pequeña parte adicional de la exposición al riesgo del sector promotor y constructor.
A estas normas se le añade el cambio de normativa de provisiones aprobado por el Banco de España el pasado 30 de abril. Su objetivo es que aflorará antes del 30 de septiembre la morosidad aún oculta en los créditos refinanciados. Esta exigencia, única en Europa, ha obligado a la banca a provisionar en las últimas semanas otros 5.000 a 10.000 millones extra, según cálculos del sector.
Varias fuentes explican que la exigencia de provisiones para las refinanciaciones ha sido tal, que incluso ha reclamado a más de una entidad que suba la cobertura de sus hipotecas. Todo ello, unido a la ahora reactivada venta de inmuebles a fondos especulativos que está realizando en el sector también en los últimos meses, avivan la idea de que la banca española tiene más posibilidades que la de otros países de que los pretendidos nuevos requerimientos de los test de estrés puedan aprobarse con nota.
Lo mismo sucede con la fecha de las tasaciones de las carteras de activos inmobiliarios y sus provisiones. Derivado de las exigencias del supervisor prácticamente todo el sector ha actualizado sus tasaciones y por lo tanto, el nivel de provisiones de sus activos dañados.