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Columna
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Las buenas noticias británicas

A los inversores les costó un tiempo comprar la recuperación económica de Gran Bretaña. Tras de varios meses de actividad de fortalecimiento, incluso los escépticos más recalcitrantes están convencidos de que las cosas están mejorando. El cambio de opinión ha impulsado la libra, pero los inversores ahora están aumentando sus expectativas. La libra esterlina ya no es una simple apuesta de un solo sentido.

La divisa ha ganado más de un 5% ponderado desde el comienzo del mes de agosto, estableciendo su máximo en nueve meses. La mayoría de los meses, los informes económicos británicos superaron las expectativas por un margen mucho mayor que en el caso de otros países desarrollados, según Citi Economic Surprise Indices.

Las buenas noticias económicas británicas se han convertido en algo habitual. Los últimos informes de gerentes de compras mostraron que el sector de servicios tuvo su mejor trimestre en más de 16 años y un índice compuesto sugiere que la economía se expandió un 1,2% entre julio y septiembre. Pero los inversores son ahora mucho menos propensos a ser cogidos con la guardia baja. El ritmo de crecimiento de la industria manufacturera ha quedado por debajo de las previsiones de los economistas en septiembre.

Tras el nuevo ajuste de las expectativas, es probable hagan falta unos informes económicos mucho más fuertes para impulsar la libra –y una ligera desaceleración bastará para hacerla bajar–. Su tipo de cambio también está más abierto a otras influencias.

No faltan factores de ese tipo, desde una posible suspensión de pagos estadounidense a la velocidad de la recuperación de la zona euro. La única certeza: una dieta constante de buenos datos de Reino Unido es ahora necesaria, y no suficiente, para hacer subir la libra.

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