EE UU se asoma al cierre del Gobierno federal ante la falta de acuerdo político
Esta madrugada, cuando comience octubre en la Costa Este de Estados Unidos, el Gobierno más poderoso del planeta podrá haberse quedado sin dinero. O, más concretamente, sin fondos para las actividades no esenciales. Será la consecuencia de una pelea política en la que los republicanos parecen cerca de consumar su amenaza de forzar el cierre gubernamental si el Gobierno no retiraba su reforma sanitaria.
El fin de semana la Cámara de Representantes (controlada por los republicanos) dio luz verde a una propuesta que daba al Gobierno margen hasta el 15 de diciembre a cambio de retrasar un año entero la reforma sanitaria de Barack, Obama, núcleo de la pelea y objetivo a derribar por el ala más conservadora de los republicanos.
Espera propuesta debe pasar hoy por el Senado, donde se espera que los demócratas la tumben. La cámara no tiene previsto reunirse hasta diez horas antes de la hora límite, y el líder de la mayoría demócrata en ese hemiciclo, Harry Reid, ha adelantado que no permitirá un respaldo a la propuesta de la Cámara. El Senado devolverá la propuesta presupuestaria aprobada anteriormente (que no afecta a la reforma sanitaria) y la patata caliente caerá, de nuevo, en menos de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes.
En todo caso, ee espera que el Senado sí apruebe el lunes una propuesta que la Cámara Baja emitió por unanimidad esta madrugada, y que garantizaría que se siga pagando a los militares en caso de un cierre temporal del Gobierno. Una señal, en todo caso, de que ambos partidos ver muy probable el cierre.
El cierre del Gobierno está cerca, y obligará a que 800.000 funcionarios federales se queden en casa sin trabajar hasta que no haya un acuerdo de prórroga presupuestaria. Los servicios de salud, seguridad y pensiones se mantienen en funcionamiento. El coste total del cierre depende, lógicamente, del tiempo que se prolongue. El último cierre federal se produjo entre el 16 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996, con Bill Clinton en la Casa Blanca.