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Vida jurídica

El Derecho deportivo entra en juego

Los despachos han descubierto el gran potencial del deporte como demandante de servicios legales especializados Nadie quiere quedarse fuera de un nicho en auge

Thinkstock

Los recientes desengaños olímpicos han puesto al deporte en primera línea informativa, no ya por su trascendencia como actividad saludable o por su trascendencia social, sino como un hecho de trascendencia económica indudable. En esta perspectiva no cabe dudar de que el Derecho deportivo ha ganado ya una autonomía propia como disciplina multifacética que aborda desde aspectos internacionales a los administrativos, pasando por un complejo sistema de relaciones laborales, mercantiles e incluso penales. Un mercado legal cada vez más activo y ágil que explora y explota nichos de mercado en un momento de gran competencia ha descubierto la gran potencialidad del deporte como demandante de servicios legales especializados.

Pons Deporte y Entretenimiento es la nueva división enfocada a este sector en el grupo Pons, especialista en el tratamiento multidisciplinar de las actividades profesionales. Dirigida por dos veteranos en la materia como son Manuel Sevillano, experto en gestión en planificación y marketing estratégico, y el exjugador de baloncesto, médico y empresario Juan Antonio Corbalán, comienza su actividad con una visión del deporte profesional que va más allá de la simple gestión de derechos o contratos.

“Nosotros queremos poner nuestro conocimiento en la protección de los talentos”, dice Corbalán, “para que la carrera de un deportista profesional tenga rendimiento más allá de lo que dure su actividad”, y para ello, “porque nos interesa la persona”, quieren enseñar a los profesionales del deporte “a gestionar su propia vida y su propia carrera”.

“Si un empresario, para la gestión de su negocio, recurre a los servicios de un comunnity manager, un asesor fiscal o una gestoría laboral, es absurdo pensar que un representante –por muy cercano que sea– pueda dominar todos los aspectos de la gestión profesional del deportista”, ejemplifica Manuel Sevillano.

En Pons Deporte y Entretenimiento buscan los atributos del deportista y los vinculan a las marcas con los que se puedan asociar, sin olvidar que detrás de la monetarización de la actividad deportiva “siempre hay una persona”, remacha Juan Antonio Corbalán.

Esta división especializada apuesta también firmemente por no considerar al deportista profesional solo en su tiempo de actividad, proyectando sus conocimientos adquiridos, orientándole en su formación e incluso su valor como marca más allá de su vida activa en el deporte. “No queremos juguetes rotos”, explica Corbalán.

Si se dice que hay un sector con índices de sindicación cercanos al cien por cien, seguramente traslademos nuestro imaginario a lejanos países nórdicos. Lo contrario ocurre en la práctica profesional de algunos deportes en España, y es que la condición del deportista profesional como trabajador queda frecuentemente ocultada por los focos del deporte espectáculo. Pero, salvo algunas excepciones, la realidad laboral en la práctica deportiva está nutrida de figuras comunes, aunque con la regulación especial del Real Decreto 1006/85, sobre deportistas profesionales, del Derecho laboral.

Despidos, reclamaciones salariales o ceses de actividad son tratados también por especialistas del Derecho laboral como Abdón Pedrajas & Molero. Este despacho boutique especializado en Derecho social asesora a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y muchos deportistas en su condición de trabajadores. Iván López, socio de la oficina de Madrid, marca la especialidad de la relación laboral en “la brevedad de la carrera profesional del deportista y su carácter temporal” y en la singularidad “del empresario”, que actúan con la “peculiaridad que da la intervención de elementos políticos, emocionales, etc., en sus decisiones empresariales”.

Desde este despacho se pone de manifiesto que muchas cuestiones “no están resueltas legalmente”, y ello produce resoluciones judiciales que no siguen los criterios habituales en otros sistemas. Por ello, Iván López recomienda que tanto clubes, entidades o deportistas profesionales recaben un asesoramiento especializado en los aspectos laborales del Derecho deportivo.

Eva Cañizares es una abogada sevillana especialista en gestión deportiva que apuesta por el asesoramiento a las federaciones deportivas, asociaciones o entidades, tanto en la gestión de sus entidades como en sus relaciones administrativas. “El Derecho deportivo es una disciplina propia desde hace poco tiempo, pero se ha convertido en una materia con entidad propia, por la especialidad con la que se aplican la mayoría de las materias”, según la letrada.

“Ya los tribunales están fallando a favor de la aplicación preferente del Derecho deportivo sobre el mercantil, lo que demuestra su consolidación como materia propia”, dice Cañizares. Añade que en esta actividad la existencia de “lobbies o grupos de interés es real y cotidiana”, por lo que “una alta especialización de los que intervenimos en este sector es imprescindible para obtener resultados satisfactorios”.

En todo caso, es una especialidad en auge constante en el sector legal que ha hecho proliferar tanto los despachos especializados como las secciones independientes de los grandes bufetes.

Nadie quiere perderse en un momento de grave crisis económica y con sectores tradicionales en grave recesión intervenir en uno que está en progresiva expansión y en el que se mueven grandes cantidades de dinero y por ello demanda expertos especializados. Una oportunidad para que los profesionales del sector legal le ganen el partido a la crisis.

Demasiada intervención estatal

Juan Ramón Montero es una de las figuras históricas del Derecho deportivo en España. Socio de Montero & Verdegay Abogados, lleva décadas implicado en la regulación y solución de conflictos en el ámbito deportivo como secretario de la Comisión de Arbitraje Deportivo del Comité Olímpico Español, árbitro único de la ACB y, desde hace unas semanas, responsable del área de Derecho deportivo del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. El letrado cree que el Derecho deportivo tiene sus particularidades en “ser cambiante, novedoso, surgente”, y que esto supone la necesidad de que el Derecho y sus profesionales sean “ágiles en su tratamiento”.

Montero ofrece una receta –aparentemente sencilla– para quien quiera dedicarse profesionalmente a esta actividad: “Tener una sólida formación jurídica y aplicar los principios generales del Derecho”. Su consejo puede resultar chocante en una materia de regulación y práctica tan especial, pero él explica que es precisamente por ello que la aplicación de principios básicos es lo que da seguridad jurídica.

Este abogado considera que la intervención del Estado en la regulación de la práctica deportiva “supera lo razonable”. “En el fondo, el deporte es una actividad humana, social, que luego trasciende en algunos casos a campos mercantiles o económicos”, y por ello debe recuperarse para el campo de lo privado y autorregularse para conseguir ese “juego limpio” que alimenta el propio sentido de la práctica deportiva.

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