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Las empresas de menaje buscan asegurar la exclusividad de sus innovaciones

La guerra de patentes se cuela hasta el fondo de la cocina

David Marcial Pérez

La cocina siempre ha tenido mucho de arte, por lo artesanal y único que hay en la elaboración de una receta. Pero para convertir la receta en plato hay que usar herramientas y hace ya tiempo que el lienzo y el pincel de los cocineros son algo más que las ollas y el fuego. La tecnología se ha colado en las cocinas y no es necesario probar un sorbete de limón con nitrógeno líquido para dar cuenta de la evolución de los utensilios de cocina. La revolución del diseño y los materiales ha llegado al mercado pret a porter y con ella la batalla por asegurarse la exclusividad de las innovaciones propias. Cercarlas para que evitar que las use la competencia. Dos recientes sentencias dan fe del celo de los fabricantes de menaje.

El juzgado mercantil número 6 de Barcelona cerró ayer el primer episodio de una pelea entre dos empresas catalanas del sector. La sentencia condena a la tarraconense Isogona a pagar 3,3 millones de euros a las gerundenses Castey Global y Barberí por fabricar y vender una gama de aparatos de cocina protegidos por una patente.

Según especifica la sentencia del juzgado barcelonés, la empresa tarraconense ha infringido la patente europea de inducción, que se refiere a un sistema que permite que los productos de cocina de aluminio fundido puedan utilizarse también en las cocinas de inducción, y que está en manos de las dos compañías gerundenses. Se trata en concreto de una fórmula para la fusión el acero y el aluminio, que proporciona la resistencia necesaria a altas temperaturas y permite aprovechar mejor la energía de la placa de inducción, alcanzando una mayor eficiencia energética.

El veredicto condena a Isogona a indemnizar con 1.665.779 euros a Castey Global y con 1.675.907 a Barberí, así como al embargo de todos los productos de las gamas Efficient, de la marca Bra, y Solid, de la marca Monix. A partir de este momento, Isogona no podrá fabricar, importar, comercializar y realizar cualquier otro acto de explotación comercial de los utensilios infractores.

“La sentencia demuestra que las empresas que se saltan las normas más elementales de la propiedad industrial no pueden aprovecharse de aquellas que han hecho una apuesta valiente y decidida para el desarrollo de nuevas tecnologías”, defiende en una nota de prensa el director general de Castey Global, Ramón Castey.

El Tribunal Supremo dio por finalizada la semana pasada la riña entre la compañía alemana Verweck, creadora del popular robot de cocina Thermomix y la española Taurus. El fabricante alemán demandó en 2007 a Taurus alegando que su robot de cocina, Mycook, infrigía varias patentes de Thermomix.

El conflicto fue escalando peldaños judiciales hasta llegar al Supremo. El recurso se refería a la supuesta vulneración de una patente relacionada con un dispositivo que hace que “la función de batido sólo pueda activarse cuando la temperatura de calentamiento ha sido programada por debajo de un límite”. Finalmente el Supremo rechazó el recurso de casación de Verweck otorgando así vía libre a la fabricación y venta de los robots MyCook deTaurus.

Los nombres de la guerra de las patentes de la cocina

Isogona: El fabricante tarraconese tendrá que pagar 3,3 millones por infracción de una patente de inducción.

El Castey Global y Barberí: Titulares de una patente europea sobre productos de cocina de aluminio y acero.

Taurus: fabricante del robot Mycook que ha salido airoso de su pleito con Verweck, la creadora de Thermomix.

Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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