_
_
_
_
_

Madrid-Buenos Aires-Tokio, con escala en Estambul

Enhorabuena a todos aquellos que ya lo sabían. Y a todos aquellos que ahora, a Buenos Aires pasado, dicen que era esperable. Y a los que ahora descubren que el COI es lo que es, una mezcolanza extrañamente elitista y de nula objetividad, como si unas horas antes fuese otra cosa. Ah, y también mi enhorabuena a todos esos que ven refrendados sus argumentos contra Madrid2020 precisamente por los chicos y chicas del COI.

Y otra cosa. Quien dio como positivo que muchas de las instalaciones ya estaban hechas en Madrid, que se lo haga mirar. O que se dé una vuelta por los tristes descampados alrededor de 'La Peineta', ese fantasma inexplicable que iba para estadio olímpico (previa reforma sin estar acabado nunca), para llegar al cual hay que conducir por todo Madrid calles con baches como piscinas... que no se tapan por falta de presupuesto. ¿Fue dinero bien empleado,o dilapidado?

Y lo demoledor: el San Benito del dopaje. Terrible losa sobre el deporte español de la que en términos olímpicos se suele hacer responsable al príncipe Alberto de Mónaco, el rey del casino, por aquella (in)oportuna pregunta que sigue con secuelas (dos palabras, 'operación Puerto', sonaron como truenos en aquel salón que, para colmo se quedó sin señal "por una tormenta" cuando hablaba España, y en el que ni ganamos el desempate a Estambul). Pero una losa, el dopaje, que tiene a los verdaderos responsables en una tolerancia laxa, una legislación de caracol y una jurisprudencia de babosa. Una lacra demostrada en demasiados casos, que ha llegado a poner en duda hasta los logros de nuestros grandísimos y más honestos deportistas. En contra del tópico, la envidia es un pecado internacional.

Falta confianza. No de nosotros en nosotros mismos, esa nos sobra. Pero miles de empresas denunciando que nadie les da crédito mientras casi todo el sector financiero ha requerido un rescate (sí, eso) de decenas de miles de euros y nacionalizaciones a modo... todo eso no genera la confianza necesaria en un país/ciudad, que es mucho más que una marca, con comisario y todo, por muchas encuestas e informes a favor que se cocinen.

Los comerciantes de Madrid ya le han pedido al ayuntamiento que insista en los Juegos Olímpicos de 2024. Un curioso argumento para ello: “Madrid va a demostrar su tolerancia a la frustración”, anuncian desde COCEM. “Es un éxito llegar tres veces seguidas a la final y hay que seguir apostado, soñando y trabajando. A partir de mañana debemos de andar sin mirar atrás para poner en marcha la candidatura Madrid 2024”, proponen, y añaden: "Unos Juegos Olímpicos cambiarían la realidad de la ciudad y por este motivo hay que seguir luchando por conseguirlo. Madrid necesita ese impulso económico. Además, ya tenemos las personas, las ideas y el proyecto. Es la única ilusión colectiva común de todos los españoles". Bueno, tal vez sea por la emoción del momento, pero ser finalista no es un éxito, cambiar la realidad de la ciudad es más que un juego, el impulso económico viene por otros lados, y mucho cuidado con sublimar la profesión de experto en representar. Sobre todo, si no se gana.

Y, hablado de representar. A mi modo de ver, han sobrado políticos en la representación de Madrid2020 y, por otro lado, doy por bien invertida la inversión en formación en Felipe de Borbón. He comprobado que les gustó hasta a muchos republicanos. Y no (estaría bonito) por saber idiomas. Él sí ha ganado en este viaje. Ya está preparado para ascender.

Sígueme si quieres en Twitter: @JuanjoMorodo

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_