Entusiasmo narcotizado
El acuerdo mediante el cual Amgen ha comprado Onyx por 10.400 millones de dólares catapulta a la compañía a un universo único, pero creciente, de empresas que ganan más que los accionistas con sus hazañas adquisitivas.
Onyx tiene tres medicamentos en el mercado y un cuarto a punto de comercializarse. Para cerrar la adquisición en 125 dólares por acción, Amgen está pagando una prima de casi el 50% sobre el inamovible precio de Onyx. En términos absolutos, son unos 2.800 millones de dólares más de lo que valía su presa a finales de junio, antes de Amgen llegara con una oferta de 120 dólares por acción.
Sin embargo, algo extraño sucedió mientras se concretaba el acuerdo. El día después de que se anunciara su oferta, las acciones de Amgen se dispararon desde alrededor de 96 dólares hasta 106 dólares –y luego a 114 dólares después de que se supiera que se había acordado la adquisición. En total, el valor de mercado de Amgen se ha incrementado en más de 13.000 millones de dólares desde que se conociera su proyecto con Onyx.
La existencia de otros posibles pretendientes de Onyx ofrece una explicación al entusiasmo inversor. Tanto Pfizer como Bayer ya estaban trabajando con la empresa, así que cuando Amgen hizo su primera oferta, las acciones de Onyx alcanzaron un valor de 130 dólares a la espera de una guerra.
No hay ninguna razón para creer que Amgen sacará más partido de Onyx que otras compañías farmacéuticas. Dado el entusiasmo mostrado por los inversores de Amgen ante el acuerdo, la idea no debería perderse en los consejos de administración de otros lugares. Como ya han aprendido un puñado de empresas de industrias dispares, no todas las grandes fusiones y adquisiciones son una broma.