El vino también se disfruta sin beberlo
La historia y la cultura española están fuertemente relacionadas con la del vino. El enoturismo, que ha cogido gran impulso en los últimos años, está aprovechando sabiamente todo ese acerbo para organizar infinidad de actividades relacionadas con el caldo. Asistir a una cata es ahora solo una más de las muchas formas posibles de entrar en contacto con todo lo que implica esta bebida.
Un sector con 8.000 años de historia
Orígenes. En 2011 fueron hallados en Armenia los restos de producción de vino más antiguos del mundo, datados en torna al año 6.000 a. C.
Exportación. El sector vitivinícola español salvó en 2012 sus cifras, lastradas por la caída del consumo interno, gracias a la exportación. Las ventas al exterior movieron ese año 1.756 millones de euros, más de la mitad del total (3.270 millones),según datos de un reciente estudio de la consultora DBK.
Alemania y Reino Unido. Estos dos son los principales compradores de vino español, acaparando ellos solos el 28% de las exportaciones. Francia y Estados Unidos son los siguientes en la lista.
La carga simbólica del vino en las religiones, desde los cultos primitivos del Neolítico hasta el cristianismo, es el hilo conductor de la exposición El espíritu del vino, en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela (hasta el 20 de octubre). Impulsada por Bodegas Dinastía Vivanco, consta de 107 obras de arte entre las que se incluyen desde piezas del antiguo Egipto hasta pinturas de Dalí y Picasso.
Las propias bodegas se esfuerzan por incluir en su oferta actividades que complementen las catas de vino, buscando atraer al público familiar (concretamente a los niños). Hay muchas formas: enseñarles cómo cultivar la uva, dejarles que la pisen y extraigan el mosto, mostrarles el proceso de elaboración del caldo... o incluso organizar catas para los más pequeños (con vino sin alcohol). Esto último lo hace Emina, la bodega insignia del grupo Matarromera, en Valbuena de Duero, con Emina Zer0.0, sus vinos blanco, tinto y rosado sin graduación.
Ramón Bilbao, por su parte, ofrece recorridos en bicicleta y cuenta todos los viernes con un artesano vinculado al vino (tonelero, cestero, etcétera) que demuestra en directo sus habilidades.
La ruta del vino de la Ribera del Guadiana está promocionando actividades al aire libre para todos los públicos. Paseos a caballo por los viñedos, rutas en calesa o en cuádrigas por los campos o actividades de avistamiento de aves complementan las visitas explicativas de las bodegas.
Aves también se pueden divisar a bordo del globo que sobrevuela los viñedos de Matarromera a los clientes que lo reserven antes dela cata. Unabuena manera de abrir apetito y ver cómo modelan el paisaje los viñedos.