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Tribuna
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Analizando proyecciones de beneficios

En la Bolsa, los analistas tienden a hacer previsiones. Este artículo debate su utilidad como parte del análisis de renta variable.

-¿Son importantes las estimaciones? Son muy consideradas en análisis bursátil y sirven como aproximación para evaluar las expectativas de los mercados. Hay inversores y gestores que les dan mucha importancia. Entre los analistas encuestados por CFA, la cuarta parte no suelen incorporar los beneficios trimestrales en sus análisis. A cambio, se centran en indicadores de rendimiento a largo plazo.

-¿Se puede justificar que se enfaticen dichas previsiones? En última instancia, el valor de una empresa es el valor presente de los cash flows futuros que se esperan de ella a largo plazo. Las predicciones son uno de los factores que componen el valor de una compañía. Si pretendemos interpretar correctamente las cifras de resultados publicados, y utilizarlos para desarrollar expectativas meditadas de cash flows a largo plazo, es crítico recurrir a información adicional como convenciones contables, tendencias sectoriales o de la industria o la calidad del equipo directivo.

-¿Cómo se mide la calidad de las estimaciones de beneficios? Por la diferencia entre los beneficios por acción reales, o publicados por la compañía, y la estimación del analista. La exactitud se calibra con el valor absoluto del error en la estimación, así que predicciones que se encuentran un 10% por encima o por debajo del dato real se consideran dentro del mismo nivel.

-¿Resultan sesgadas las estimaciones de los analistas? Estudios confirman la presunción de que las estimaciones de beneficios tienden a sesgarse al alza. Las previsiones a largo plazo tienden a ser más optimistas y menos exactas que las trimestrales. El optimismo entre analistas se ha intensificado, ya que la proporción de estimaciones trimestrales excesivamente optimistas ha aumentado en los últimos 22 años, desde menos de la mitad hasta más de las tres cuartas partes. Una de las razones del optimismo se atribuye a una inconsistencia cada vez mayor entre los beneficios esperados y reportados. Los analistas tienden a crear beneficios pro forma, que excluyen gastos extraordinarios. Con el tiempo, dichos extraordinarios han resultado ser más frecuentes y negativos, con lo que la estimación pro forma del analista parece optimista al compararla con los beneficios reales.

-¿Resultan algunas proyecciones mejores que otras? La sabiduría sugiere que la banca de inversión hace que los analistas en el lado vendedor o sell-side (en casas de intermediación) sean más susceptibles a incentivos desalineados. Sobre todo, si se comparan con los analistas del lado comprador o buy-side (pertenecientes a las sociedades gestoras de patrimonios).

-¿De dónde proviene la diferencia? Los inversores institucionales elaboran rankings de los analistas sell-side en encuestas anuales, que ponderan la exactitud de las previsiones. Según las conclusiones de estos estudios, se fija la retribución económica de estos analistas. Por el contrario, normalmente no se vincula el salario de los analistas del lado buy-side con su exactitud en las proyecciones de beneficios.

-¿Hay otros indicadores de precisión en las proyecciones? Sí. Los analistas que cubren un menor número de acciones y especializados en una industria tienden a proporcionar mejores proyecciones que los generalistas. Las predicciones de analistas con más experiencia y pertenecientes a casas grandes suelen ser de mejor calidad.

-¿Es adecuado centrarse en los estimados a corto? La inquietud por superar objetivos de beneficios trimestrales o semianuales puede llevar a algunas compañías a realizar plusvalías o a clasificar los gastos como elementos no recurrentes especiales, tales como gastos de reestructuración. Los ejecutivos podrían llegar a manipular los resultados deliberadamente. Un excesivo foco en beneficios a corto y la exclusión de otros factores puede llevar a decisiones menos meditadas según se acerca el fin de trimestre. En una encuesta a 400 ejecutivos, el 80% contestó que estarían dispuestos a recortar el gasto discrecional en áreas de I+D, publicidad, mantenimiento o incorporaciones de trabajadores. Más del 50% dijo que retrasaría nuevos proyectos, incluso si hubiera que sacrificar la creación de valor, para alcanzar las expectativas de beneficios trimestrales.

Enfocarse en la gestión de resultados no solo detrae de la dirección del negocio a largo plazo, sino que envía el mensaje equivocado a los empleados.

Stephen M. Horan / Ana Bastarrica Escala son ‘Head of Professional Education content’ y miembro de CFA Society Spain / Directora de clientes institucionales territorial norte y noroeste de Banco Sabadell

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