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Empresas vintage

Schweppes, de remedio medicinal a la fiebre del gin-tonic

El científico amateur Jacob Schweppe creó la primera bebida carbonatada hace más de 200 años. En la actualidad, la sofisticación ha llegado a la gama de tónicas.

Alfonso Simón Ruiz

Entre los bebedores de gin-tonic hay una anécdota bastante conocida que dice que esta bebida fue ampliamente extendida en la India por los oficiales británicos en el siglo XIX, ya que la tónica contiene quinina que previene de la malaria. Lo que quizá no sepan es cómo llegó a nacer esta bebida, que tiene como origen al agua carbonatada ideada por un relojero alemán y aficionado a la ciencia.

Johann Jacob Schweppe, sin la s final de la actual marca, nació en el Estado alemán de Hesse en 1740. De joven se traslada a Ginebra a trabajar en la pujante manufactura relojera. Pero tiene otras inquietudes. Como inventor amateur y aficionado a la farmacia, en 1783 crea el primer proceso de añadir burbujas al agua. Surge entonces la primera bebida carbonatada que tiene cierto éxito como producto medicinal.

Ante la buena acogida de su agua carbonatada, en 1790 viaja hasta Londres para establecer allí una fábrica junto a socios locales. No con mucho éxito inicial. Dice la historia o leyenda que fue el físico Erasmus Darwin, padre de Charles Darwin, quien comenzó a tomar la bebida y quien le dio cierta reputación y quien hizo remontar sus ventas.

Cronología

1740. Nace Johann Jacob Schweppe en Witzenhausen (Hesse, Alemania). Relojero de profesión, tenía una peculiar afición: le gustaban los experimentos científicos.

1783. Crea el primer proceso industrial para producir agua mineral carbonatada artificialmente, antecesora de la soda.

1790. Encuentra socios para expandir su negocio y consigue abrir su primera fábrica en Londres.

1821. Fallece el fundador de la empresa.

1831. El rey Guillermo IV de Inglaterra apadrina la bebida con fines medicinales, y así es como Schweppes comienza a usar el famoso epígrafe by appointment of (por la gracia de su majestad).

1851. La firma gana el concurso para suministrar los refrescos de la primera feria internacional, la Gran Exposición Universal de Londres.

1870. Schweppes introduce la tónica, que se populariza en la India por la quinina que previene la malaria, y el ginger-ale.

1957. Se lanza Schweppes de limón. La marca llega a España.

1969. Se instala en la Gran Vía madrileña el luminoso de la marca en el edificio Carrión, un símbolo de la ciudad.

1978. Se une a la gama de productos de la compañía el refresco de naranja.

El inventor Schweppe no llegaría a ver en lo que se convertiría su apellido, en una marca de éxito. En 1821 fallece. Diez años después, su bebida consigue un gran reconocimiento. Pasa a ser un producto con el sello real by appointment of (por la gracia de su majestad) ya que el rey Guillermo IV de Inglaterra se convierte en un asiduo de esta agua.

Tres años después, la marca cambia de manos. John Kemp-Welch y William Evil compran J. Schweppe & Co y realizan la primera ampliación de la gama de productos, incluyendo el agua carbonatada con sabores. Nace el primer refresco de limón con burbujas, que ha resistido hasta la actualidad y ha sido ampliamente versionado.

“Los clientes de entonces era gente de la nobleza, burgueses y médicos, quienes recomendaban y recomiendan abiertamente la ingesta de estas bebidas medicinales”, señala un portavoz de la compañía en España. De hecho, la venta durante décadas estuvo ligada a las farmacias. Allí se despachaba estos remedios digestivos.

Pero la mayor innovación, y que marcaría para siempre el futuro de la marca, llega en 1870, también como una solución médica. Los propietarios ofrecen un remedio contra la malaria para las tropas destinadas en la India, dentro del Imperio Británico. La idea consiste en sumar quinina y limón a la soda. Nace así la tónica Schweppes, en una fórmula que se ha mantenido inalterable hasta la actualidad. “Siempre se ha elaborado con productos de origen natural y cuidando al máximo sus aromas, ingredientes y elaboración. Además, los patrones esenciales continúan siendo los mismos: equilibrio medicinal de quinina, aroma de cítricos y una burbuja duradera”, apunta el portavoz.

La botella de cristal donde se vendía originalmente esta bebida simulaba una pequeña ánfora. Y alguna de ellas han sufrido verdaderas historias. Walter James Hawksford, de Kingston, viaja a Nueva York a bordo del Titanic en 1912 para convertirse en el primer jefe de exportación de Schweppes. Lleva consigo algunas muestras. Él llega sano y salvo, no así su cargamento. En 2012, la botella original hundida junto el barco, se rescata en perfectas condiciones. Actualmente, este tipo de botellas ha sido relanzado por la marca para su gama de productos de tónicas premium.

La firma no llega a España hasta 1957 año en el que también se da el lanzamiento de Schweppes de limón. Una relación histórica que se ha demostrado muy satisfactoria para la compañía. “España es el país con más consumo de tónica por persona en el mundo. Y siete de cada diez litros que se toman de esta bebida es de Schweppes”, se asegura desde la compañía. Hoy en día, cuenta con 200.000 puntos de venta en el país.

Su imagen también ha estado ligada a la ciudad de Madrid desde 1969 gracias al cartel luminoso que se instaló en el edificio Carrión de Gran Vía, mirando a la plaza de Callao, que sustituyó a uno de Camel. Desde entonces ha permanecido imperturbable en la capital de España y es declarado bien de interés cultural desde 1977.

Empresarialmente, la marca se fusiona en 1969 con la marca de dulces británica Cadbury. Actualmente, son diversas las empresas que tienen la licencia de la marca, dependiendo del país.

En el caso de España, es el grupo Orangina Schweppes el que mantiene los derechos (también para Francia y Portugal). Esta compañía es, a su vez, una subsidiaria de la japonesa Suntory Group, con 28.000 empleados en el mundo. “Cada cinco segundos alguien en el mundo abre una de nuestras botellas”, aseguran desde la firma.

Esta firma distribuye en España marcas como La Casera, Sunny, Trina o Pulco entre otras, que se producen en las plantas de Toledo y Sevilla.

Respecto a la tónica, la gama ha aumentado enormemente, en parte ligada al éxito del gin-tonic entre los consumidores españoles y a la introducción de destilados de calidad. “La receta ha cambiado exclusivamente para los productos premium mixers. Hemos añadido lima, patrón aromático del jengibre (base principal de las ginebras), y hemos subido el aroma de cítricos para compensar la mayor graduación de los destilados premium”, se explica desde la empresa.

Aunque haya consumidores que sigan prefiriendo su gin-tonic con la tónica de siempre, esta gama alta se ha sofisticado e incluye diferentes variedades: premium mixer, pimienta rosa, de azahar y lavanda, ginger y cardamomo, además de las versiones premium de ginger-ale, soda, limón y naranja.

Además de esta bebida, también son bastantes reconocibles por los españoles sus refresco de naranja, comercializado desde 1978, y limón, desde 1957, o incluso su bitter, que ha compite con la versión muy popular de su competidora Kas.

Aparte de la moda del gin-tonic, el éxito de la marca en España llegó gracias a las campañas de publicidad de los años ochenta. Gracias a los televisores con solo dos canales, se colaba en el salón de las casas el hombre de la tónica, un personaje de pocas palabras, con unas características gafas de pasta redonda, que vivía situaciones esperpénticas, pero siempre con su tónica Schweppes.

“Como las mejores cosas de este mundo, a veces la primera vez no gusta”, decía en un anuncio a unos extraterrestres, y a continuación una voz en off recordaba el lema: “Aprende a amar la tónica... Schweppes”. O se colaba en una sauna, totalmente vestido, con su refrescante bebida con hielos hasta que su sediento vecino, que la rechaza bruscamente al principio, le pedía un sorbo.

Tras él llegaron campañas con un leopardo parlanchín, con Carlinhos Brown, Eduardo Noriega, Adrian Brody y, más recientemente, con el amargo doctor House, interpretado por Hugh Laurie, con el lema Aquí y ahora.

La última gran campaña tiene como protagonista a un envejecido Iggy Pop sin camiseta, con cara de comer limones, para anunciar la versión Limón Dry, un refresco intenso y amargo, bajo la frase “Solo para adultos” destinado a los combinados con alcohol.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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