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Columna
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La retirada de Alemania de KPN

KPN ha diseñado una retirada de Alemania por su valor total. El grupo de telecomunicaciones holandés vende su división móvil E-Plus a Telefónica Deutschland, la filial local del gigante de las telecomunicaciones español. KPN calcula que el dinero en efectivo y las transacciones de acciones valoran la empresa en 8.100 millones de euros. El número exacto está abierto a debate, pero el precio es alto para los estándares del sector y proporciona a KPN fuertes sinergias.

Este acuerdo se producirá en dos etapas. Primero, Telefónica Deutschland comprará E-Plus con efectivo y acciones. KPN revenderá entonces parte de las acciones que reciba a la filial del grupo español. La compañía holandesa se quedará con 5.000 millones de euros en efectivo y una participación del 17,6% en Telefónica Deutschland, que KPN valora en 3.100 millones.

El ahorro de costes, principalmente por el recorte de capital y de gasto de la red, conlleva un impresionante valor actual neto de 4.500 millones de euros. Las posibles sinergias sumarían otros 500 millones de euros hasta los 1.000 millones. El precio global implica que KPN recibiría unos 3.100 millones de euros.

El precio global implica que la compañía holandesa recibiría unos 3.100 millones de euros por su filial

El valor de 8.100 millones puede ser un poco exagerado, ya que KPN utiliza el precio al que revendería las acciones de Telefónica Deutschland para valorar su participación en el capital restante. En realidad, el valor depende de cómo valore el mercado a Telefónica Deutschland, que cotiza y lo seguirá haciendo de forma independiente en Frankfurt.

Dejando a un lado las dudas, el acuerdo tiene sentido. También es alentador para los inversores de la fragmentada, feroz y fuertemente regulada industria de las telecomunicaciones europea. Han visto colapsarse las valoraciones y evaporarse los dividendos. La consolidación es una solución obvia, pero las empresas han estado ocupadas apagando fuegos. Y la Unión Europea está dispuesta a asegurar que los mercados sigan siendo competitivos. Si se permite esta operación, Bruselas mostrará una postura más pragmática.

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