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El grupo prevé triplicar sus ingresos en el extranjero

La tranquila revolución de la centenaria Vichy Catalán

Joan Renart, consejero delegado de Vichy Catalán
Joan Renart, consejero delegado de Vichy CatalánPablo Monge.

"Señores, mentalidad 16 años”, avisó Joan Renart Montalat, consejero delegado de Vichy Catalán, 38 años, cuando presentó el año pasado ante el consejo de administración de la compañía de aguas minerales el anuncio para televisión de las nuevas bebidas lanzadas al mercado por el grupo nacido en 1881. En el spot, las latas de Vichy Catalán Lima limón o Vichy Catalán Menta propulsan hacia el espacio un animal mitad oveja mitad cohete. Para una empresa en la que hasta hace poco la media de edad de su consejo de administración superaba los 70 años y donde el mayor cambio de producto acometido en sus más de 130 años de historia fue la introducción de la botella de vidrio no retornable con tapón de rosca en los años ochenta del pasado siglo, la advertencia de Renart tenía todo el sentido del mundo.

El grupo familiar lleva casi una década preparando los cambios más radicales aprobados en la empresa desde que el doctor Modest Furest adquiriera a finales del siglo XIX el manantial del que se nutre Vichy Catalán, constituida como sociedad en 1900. Estos cambios pasan por el lanzamiento de una gama de “refrescos saludables”, elaborados con el agua mineral carbónica que brota del manantial de Caldes de Malavella en Girona y de una tónica, así como de las mismas bebidas reforzadas con ginseng, guaraná y vitaminas; la venta de las bebidas de la empresa en latas; y una apuesta decidida por la exportación.

El grupo, que además de las bebidas Vichy Catalán es propietario de varias marcas de agua natural –como Mondariz, Font d’Or–, de zumos –Lambda, elaborados por Jugos Canarios–, y de dos balnearios, tan sólo ingresa un 5% del total en mercados internacionales. “Por esta razón la introducción de las bebidas Vichy Catalán en lata es tan importante, hasta ahora la exportación no era rentable por el elevado coste del transporte del agua en envase de vidrio”, explica Joan Renart. Además el envase en lata permite a la compañía posicionar sus bebidas en otros puntos de venta, como máquinas expendedoras.

El consejero delegado de la empresa catalana asegura que en poco más de ocho meses se han vendido cuatro millones de latas de bebidas Vichy Catalán y que este envase supone ya el 10% de la facturación de la compañía, que anualmente ingresa en total más de 108 millones de euros. 

Vichy Catalán facturó el pasado año 108,5 millones, más de 10 millones menos que en 2010. El grupo, que emplea a 650 personas, registró un ebitda de 13 millones. En la introducción de nuevos productos ha invertido tres millones. La compañía vende sus artículos en 35 países, pero sólo el 5% de sus ingresos en la actualidad provienen del extranjero. El mayor activo de la empresa es el manantial de Caldes de Malavella adquirido por el doctor Modest Furest a finales del XIX.

Aunque los productos de la empresa se venden en 35 países, a través de distribuidores locales, el volumen de venta en el extranjero es reducido. A partir de ahora el grupo va a intensificar su presencia en Reino Unido, México, Estados Unidos y Japón con la intención de que el negocio en el mercado internacional llegue a suponer entre el 10% y el 15% del total, explica el consejero delegado de Vichy Catalán.

La renovación en los productos de la empresa coincide con una “sucesión tranquila” en los puestos ejecutivos y de cargos intermedios en el grupo. De la media de edad superior a los 70 años en el consejo de administración se ha pasado en los últimos años a otro de 40 años. En junio de 2007 se aprobó un cambio en el consejo de administración de la compañía con la elección de Joan Renart Cava como presidente; Irene Renart Montalat, vicepresidenta; Joan Renart Montalat, secretario; Esperança Murlà, vocal; y Enric Casas Felip, vocal, formalizándose así el cambio generacional en la dirección ejecutiva del grupo.

Joan Renart, que sostiene que el agua “tiene color, olor y sabor”, representa a la cuarta generación de las familias que crearon la empresa Vichy Catalán. “De las seis familias fundadoras se mantienen cuatro en el capital de la empresa”, apunta orgulloso Renart, que admite haber recibido interés de otros grupos por participar en el accionariado. Pero, advierte, “Vichy Catalán es compradora, no vendedora”.

El grupo Vichy Catalán tiene una cuotra de mercado del 40% en el negocio nacional de agua con gas y del 8% en el mercado de todas las aguas, según datos aportados por la compañía.

El mercado de agua embotellada

En 1970 se producían en España 178 millones de litros de agua envasada; en 1980 esa cifra ascendió a 800 millones y en 2006 a 5.765 millones de litros, según datos de la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasada aportados por Vichy Catalán.

En los primeros años de este siglo el consumo de agua envasada por habitante y año era de 160 litros en Italia; 135 en Bélgica, 113 en Alemania y 100 en España, superando a países como Francia o Austria. En 2006 el consumo per cápita de agua embotellada en España fue de 129 litros.

La compañía dirigida por Joan Renart señala sobre este tipo de datos que mientras que en Europa el 50% de las aguas envasadas llevan gas en España ese porcentaje se reduce al 5%. Por esta razón el grupo considera que el “subsector de las aguas carbónicas tiene un gran recorrido y enormes posibilidades de crecimiento”.

En los últimos años el movimiento más destacado en la industria del agua envasada en España ha sido la venta por parte del grupo Osborne de la marca Solán de Cabras a Mahou-San Miguel, a principios de 2011.

Grupo Vichy Catalán también ha sido activo en la compra de marcas de aguas desde los años ochenta. En 1986 compró Fontdor y Agua Las Creus, ambas en Girona; en 1989 se hizo con Font del Regàs, también en Girona. En 1994 Vichy Catalán adquirió la gallega Aguas de Mondariz-Fuente del Val, y en el año 2004 la empresa con sede en Almazán (Soria), Carbónicas Navalpotro.

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