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Columna
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El invierno árabe

Egipto está entrando en un período peligroso. El derrocamiento del presidente Mohamed Mursi y los Hermanos Musulmanes después de solo un año en el poder recrudece las divisiones y confirma el papel del ejército como líder en la sombra. Un rápido retorno a un gobierno civil y democrático es fundamental, pero el camino está lleno de riesgos sociales y económicos.

La constitución de tendencia islamista ha sido suspendida. El presidente del tribunal constitucional supremo, con el respaldo de un gobierno tecnocrático, gobernará hasta las elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas, todavía sin fecha.

Pero unas nuevas elecciones pueden no dar lugar a un mejor resultado. No está claro si Los Hermanos va a participar, o recurrirán a la violencia. El peligro es que los miembros moderados de este movimiento puedan radicalizarse por los últimos acontecimientos.

La posición financiera de Egipto también es profundamente incierta. La confianza extranjera es peligrosamente baja y la libra sigue depreciándose. El FMI podría encontrar dificultades para prestar al país mientras dure el periodo de transición. Y los 1.300 millones de dólares que el ejército egipcio recibe de Estados Unidos cada año pueden suspenderse si la administración americana define formalmente la eliminación de Mursi como un golpe de estado.

Qatar, un patrocinador clave de los Hermanos Musulmanes, podría llevar a Egipto al desastre si decidiera retirar parte de los 8.000 millones de dólares de apoyo financiero que ha prestado en forma de bonos y depósitos en bancos centrales. Arabia Saudí y otros países del Golfo podrían intervenir, pero pueden ser reacios hasta que quede claro quién está a cargo, de acuerdo con Noah Capital Markets.

Otra gran preocupación es el efecto que la marginalización de los Hermanos Musulmanes tendrá en los países vecinos. Los islamistas moderados gobiernan Túnez y esta organización es uno de los grupos de oposición sirios más importantes en el exilio. Si Egipto sigue siendo el pionero regional, un invierno árabe podría estar por llegar.

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