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Grandes viajes

El auténtico oasis de Oriente Próximo

Encrucijada de civilizaciones, hoy Jordania muestra al viajero la riqueza de su cultura y una naturaleza sorprendente

Burdah es uno de los puentes de roca natural que se pueden encontrar en Wadi Rum.
Burdah es uno de los puentes de roca natural que se pueden encontrar en Wadi Rum.

Es una tierra de belleza cautivadora y grandes contrastes que esconde muchas sorpresas para el visitante. Petra es la estrella, la mayor atracción de Jordania, pero sin duda el reino hachemita ofrece mucho más que la impresionante ciudad milenaria excavada en la roca por los nabateos, una tribu árabe nómada que se estableció en el sur de Jordania hacia el siglo VII aC.

Desde el fértil valle del Jordán hasta los espectaculares cañones del desierto, los viajeros pueden explorar castillos omeyas, disfrutar de la belleza del desierto de Wadi Rum, hacer senderismo en sus reservas naturales, visitar lugares bíblicos como el monte Nebo –desde donde, dicen, Moisés divisó la tierra prometida–, bañarse en las aguas del mar Rojo... Y para relajarse, no hay nada comparable con el mar Muerto.

Por su situación geográfica, Jordania ha desempeñado un papel importante en el comercio entre Oriente y Occidente y fue lugar de algunos de los asentamientos humanos más antiguos y territorio de civilizaciones milenarias. La sensación de aterrizar en un mundo perteneciente a otra época se aprecia singularmente en Jerash, una de las diez grandes ciudades romanas, la Decápolis, considerada hoy entre las mejores conservadas del mundo.

El mundo antiguo contrasta con la modernidad del país

Escondida durante siglos por la arena, las excavaciones, que se vienen realizando desde los años veinte del siglo pasado, han revelado un ejemplo de urbanismo romano de provincias que se puede apreciar en todo Oriente Próximo: calles flanqueadas por columnas y pavimentadas con las piedras originales (aún se pueden apreciar los surcos de las cuadrigas), templos, teatros, plazas públicas, baños...

A escasos 50 kilómetros de la capital, Amán, Jerash siempre merece una visita, pero en particular durante la celebración del festival de verano. La ciudad se transforma en un escenario único para acoger este acontecimiento cultural, que este año se celebra del 26 de junio al 6 de julio, y se ha convertido en un escaparate de la obra de artistas de todas las disciplinas.

Wadi Rum es también testigo excepcional del paso de antiguas civilizaciones. Intensas tonalidades de rojos, amarillos y naranjas salpican el paisaje de este desierto situado en una región montañosa en el sur del país. Es un lugar mágico habitado desde la prehistoria por diversas culturas que han dejado su impronta en los petroglifos grabados en las rocas.

Las montañas, de hasta 1.750 metros de altura, son un reto para escaladores experimentados, y los espacios vacíos y sin límites, una delicia para excursionistas menos atrevidos pero dispuestos a explorar cañones a pie, visitar oasis, dunas o impresionantes puentes de piedra.

Desde 2007 viven en Wadi Rum varias tribus de beduinos y es posible alojarse en campings bien equipados. Es también el lugar donde el príncipe Faisal Bin Hussein y Lawrence de Arabia establecieron su sede durante la Primera Guerra Mundial.

Vida marina en el mar Rojo.
Vida marina en el mar Rojo.

Mantenerse a flote o sumergirse para bucear

El valle del Jordán es parte del gran valle del Rift, que se extiende desde Turquía hasta el este de África y está formado por una serie de construcciones geológicas milenarias.

El mar Muerto, que recibe las aguas del río Jordán y se encuentra a más de 400 metros por debajo del nivel del mar, el punto más bajo de la tierra, se esparcía originalmente por los 360 kilómetros que van desde Aqaba, en el sur, la ciudad portuaria del mar Rojo jordano, hasta el río Tiberíades, en el norte.

Se cree que fue hogar de cinco ciudades bíblicas, entre ellas Sodoma y Gomorra. Hoy, su longitud no supera los 80 kilómetros, el nivel de sus aguas desciende 30 centímetros cada año y se prevé que se podría secar en 2050.

Pero, de momento, sus aguas terapéuticas, sumamente saladas, que hacen literalmente imposible hundirse, su aire rico en oxígeno y su lodo negro repleto de minerales convierten este paraje es el spa natural más grande del mundo y en una experiencia inolvidable.

Por su parte, el golfo de Aqaba es el lugar para apreciar en sus costas, a simple vista, uno de los arrecifes de coral más impresionantes del mundo o para bucear en sus aguas y contemplar su vida marina única.

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