Otra vuelta de tuerca a la propiedad intelectual
El avance imparable de internet y el auge de la piratería en la industria cultural precisan, según los expertos, la adaptación de los países y de sus marcos legales para proteger la propiedad intelectual. La legislación estadounidense, basada en el principio del fair use, ha sentado las bases de la protección de los derechos de autor en un momento en el que la UE no puede perder el paso ante el nuevo escenario digital. “Europa debe sacar el máximo provecho de las oportunidades que ofrece internet”, ha asegurado Ian Hargreaves, asesor del primer ministro británico, David Cameron.
Hargreaves, responsable del informe Oportunidad digital: una revisión de la propiedad intelectual y el crecimiento que Reino Unido le solicitó para revisar su marco legal de los derechos de autor, destacó que “si no nos adaptamos de forma rápida y ágil continuaremos perdiendo oportunidades, para ello es fundamental reformar la ley para adaptarla a la realidad que estamos viviendo”. Una adaptación que puede suponer una oportunidad “única” para el desarrollo económico de Europa, dado que según la Oficina de Propiedad Intelectual Británica, un nuevo marco impulsaría la economía del país entre un 0,3% y un 0,6% del producto interior bruto (PIB) hasta 2020.
En una jornada centrada en los retos y oportunidades de la propiedad intelectual en la era digital organizada por el Centro de Estudios Garrigues, el escritor Antonio Muñoz Molina destacó que “la tecnología es aquello que se hace con ella, por lo que la educación es la clave”, un mensaje que también compartió Carolina Pina, socia de Garrigues especializada en propiedad intelectual e industrial, quien destacó que la sociedad española “sigue muy confundida sobre el significado de la propiedad intelectual” y pidió elevar la seguridad jurídica y facilitar la creación de patentes internacionales para apoyar la creación de nuevos modelos de negocio basados en el respeto al copyright.
Unos derechos de autor que también tienen un papel fundamental en la industria de la animación, tal y como explicó Carlos Biern, consejero delegado de BRB Internacional, productora de series como David el gnomo, que precisó que el negocio de los derechos de autor da, en su caso, trabajo a otros sectores como el de los videojuegos, el editorial o las jugueteras.
Webs de enlaces
Uno de los asuntos más polémicos que se está tratando en la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual es la persecución de los portales que no alojan contenidos ilegales pero sí que incluyen enlaces hacia estos. La socia de Garrigues declaró que “entendemos que debe ser la UE la que legisle al respecto” e instó a mejorar la educación y la tutela judicial para luchar contra la piratería en internet y defender los derechos de autor.
Por su parte, Nuria Cabutí, consejera delegada de Random House Mondadori, reclamó la presencia de un entorno regulatorio simple y efectivo, más allá de fomentar la educación para evitar casos como el de la trilogía de Cincuenta sombras de Grey, del que el 70% de los enlaces encontrados en internet con contenido ilegal eran textos en castellano.
“Si se quiere algo, hay que cuidarlo y pagar por ello”
El escritor recientemente galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras, Antonio Muñoz Molina, aseguró que la gran diferencia que tiene España frente a países como EE UU en la defensa de la propiedad intelectual es histórica y recordó como el mismo Cervantes llegó a reflejar en uno de sus entremeses “el desprecio de los poderes públicos a la creación”. Muñoz Molina apuntó que lo específico de la defensa de la propiedad en España es “su bajeza”, donde la clase política ha llegado a promover la idea de que cualquier tipo de creación es gratuita y no está asociada con los derechos del autor.
El escritor defendió el papel de la industria cultural nacional como motor de la economía española justo “cuando el país necesita un nuevo modelo productivo”, más aún cuando España cuenta con un gran patrimonio artístico y cultural, al que, en su opinión, se le tiene muy poco respeto tanto desde el ámbito jurídico, como político y social.
El autor de El invierno en Lisboa o La noche de los tiempos advirtió que la libertad y la democracia son privilegios “caros” para los ciudadanos y que “si queremos algo, debemos cuidarlo y pagar por ello” para seguir disfrutándolo.
Muñoz Molina fue además crítico con los fabricantes de ebooks, dado que, según él, al regalar colecciones de libros de escritores clásicos “se está menospreciando al mismo Quijote” y declaró que “estamos viviendo un momento en el que las tecnologías se han convertido en el nuevo fetiche”.