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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Apurar los deberes hasta el final

España ha superado ya “la parte estrecha” del camino que conduce al final de la crisis, pero todavía no debe ni puede bajar la guardia. Este ha sido el diagnóstico que realizó ayer el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, durante su intervención en el Foro CincoDías. Guindos, que enumeró las tareas realizados por el Gobierno durante el último año y medio para sanear nuestra maltrecha economía, mostró su convencimiento de que el país puede comenzar a mostrar tasas positivas de crecimiento en el tercer trimestre de este año. Pese a todo, el ministro de Economía y Competititvidad dejó bien claro que España debe completar con firmeza la reducción del déficit público y que, pese a disponer de un plazo más holgado para cumplir con el objetivo fiscal marcado por Bruselas, hay que seguir adelante con el calendario reformista. “Los mercados no deben percibir fatiga en las reformas”, señaló. Cumplir con los objetivos fijados en el Plan Nacional de Reformas supone poner en marcha antes de fin de año la autoridad fiscal independiente, el nuevo factor de sostenibilidad para el cálculo de las pensiones, la reforma del sistema tributario, la eliminación del retraso de las Administraciones en el pago a proveedores y la reforma energética. Guindos aludió a la urgencia de que se aborde la unión bancaria por parte de las instituciones europeas, una asignatura que Europa no debe retrasar más.

 No hay duda de que la situación de la economía española es hoy muy diferente a la de hace año y medio, cuando los rigores de la tormenta de deuda soberana y el escandaloso desequilibrio en nuestras cuentas públicas hacían muy difícil atisbar una salida a la crisis. La progresiva estabilización de nuestra economía no es solo fruto de la intervención del BCE en los mercados, sino también del rigor y la firmeza con la que España ha afrontado una hoja de ruta plagada de reformas. Todo ello es cierto, como también lo es lo señalado ayer por el ministro de Economía: hay que terminar esa tarea. Problemas acuciantes, como las enormes dificultades de financiación que padece nuestra economía, deben ser resueltas cuanto antes. En este sentido, Guindos confirmó que el Gobierno prepara una reforma de la legislación que regula los fondos de inversión y el capital de riesgo con el objetivo de facilitar el uso de fórmulas de financiación no bancaria, una opción que en nuestro país se ha explorado de forma insuficiente. Con un mercado de crédito inmerso todavía en la sequía, España tiene que activar mecanismos que permitan hacer fluir la financiación hacia el tejido productivo, condición indispensable para que nuestra economía pueda alimentar el crecimiento.

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