Economía española, síntomas de una mejoría aún pendiente de cuajar
Los datos de exportación y de afiliación a la Seguridad Social son alentadores La inversión en vivienda sobre el PIB ha caído al 5,6%, mínimos de la serie histórica Gobierno y Banco de España creen que el tercer trimestre del año podría arrojar un alza del PIB
Los brotes verdes se convirtieron en un término maldito cuando, lejos de recuperarse, la economía española volvió a caer en recesión al término de 2011. Los anuncios de recuperación económica en un país que soporta una tasa de desempleo del 27% y seis millones de parados y para la que este año todavía se prevé una contracción del 1,4%, según las estimaciones del propio Gobierno, se miden con pies de plomo. Pero en los últimos días se suceden las declaraciones de quienes apuntan a que el deterioro económico del país ha tocado fondo y que, aunque el camino es largo y los indicadores son aún muy frágiles y preliminares, los próximos trimestres serán mejores. Aunque apenas se comiencen a arañar unas décimas.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, apuntó el pasado martes que el segundo trimestre será un “punto de inflexión” en la caída de la economía, con una evolución “mucho menos mala” que en primer trimestre –cuando el PIB cayó el 0,5%, algo menos que el 0,8% de contracción del cuarto trimestre de 2012– y que se situará “más cerca del cero”. Su anuncio llegó el mismo día en que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insistía en lanzar la misma idea, durante la Asamblea de la CEOE_y amparado por tanto por los principales empresarios del país. Y el jueves fue el turno del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, que señaló ante el Congreso que “los meses transcurridos de 2013 parecen confirmar que la peor fase de la segunda recesión ha quedado atrás”. Y fue más allá al apuntar que las tasas positivas de crecimiento podrían llegar “incluso a partir del tercer trimestre”.
Serán atisbos de recuperación, pero “no cagarrutas de mosca”, tuvo que defender Linde ante el escepticismo de algunos diputados. Después de todo, queda por delante el desafío de que se consolide el tono positivo que arrojan algunos indicadores y, sobre todo, de que se cree empleo en términos netos, una meta que numerosas previsiones retrasan a finales de 2014 e incluso 2015. “Se ha llegado al final del túnel pero la segunda parte, la más importante, es ver cuál será la velocidad a la que la economía podrá crecer en el medio plazo”, apunta Daniel Carrasco Gómez, de la dirección de macroeconomía de Banco Sabadell y director de España y zona euro.
Los indicadores del cambio
“Hay elementos estacionales pero todos los indicadores apuntan a una dirección coherente de estabilización de la economía”, declara Antonio García Pascual, economista jefe para los países de la Eurozona de Barclays. Uno de los más evidentes, reivindicado por el Ejecutivo como punta de lanza para la recuperación, es el de las exportaciones. En el mes de abril se han disparado el 18,6%, gracias al impulso de los grandes mercados europeos, como Alemania y Francia, y especialmente al tirón de los países emergentes. El dato contrasta con una ligera subida del 2% del mes de marzo. “La economía española estaría próxima a tocar fondo”, añade en la misma línea el servicio de estudios de BBVA, que destaca “la recuperación de las exportaciones de bienes y la menor caída de la demanda interna”.
La entidad apunta además a otro de los grandes elementos para pensar que la economía, aunque maltrecha, sale de los cuidados intensivos. “El deterioro del mercado laboral se ralentiza. La afiliación a la Seguridad Social en abril y mayo resultó mejor de lo esperado. Y, de confirmarse la tendencia observada en esos dos meses, el número de desempleados encadenaría dos trimestres consecutivos de práctico estancamiento”, señala.
Los indicadores de actividad industrial y servicios del mes de abril también muestran síntomas de mejora, aunque haya que interpretarlos con cautela puesto que están influidos por el efecto estacional, en el que se consideran elementos como el número de días laborables y festivos. El sector servicios registró un aumento del 0,5% interanual en abril, en contraste con el retroceso del 10,4% de marzo. E incluso descontando el efecto de calendario, que deja una caída de este indicador del 3,3% interanual, la contracción es la menor de los últimos ocho meses. Por otro lado, la actividad industrial aumentó el 6% en abril, con el mayor avance desde agosto de 2011, a pesar de que filtrando la influencia del calendario la evolución quede en una caída del 3%, aun así por encima del mes anterior.
El turismo promete ser otra de las palancas con las que alimentar una mejoría económica que, por el momento, ahora está prendida solo con alfileres. España recibió en los cinco primeros meses del año 19,8 millones de turistas internacionales, lo que supone un aumento del 3,9% sobre el mismo período del año anterior y la cifra de llegadas más alta en ese período desde 2008, cuando se alcanzó el máximo de la serie histórica.
Aun así, los expertos se muestran cautelosos. “Hay que contextualizar las señales de mejora, es pronto para decir que sean indicadores sólidos y para hablar de crecimiento sostenido”, explica Sara Baliña, responsable del análisis y seguimiento de la economía española de AFI. Los analistas valoran como elementos positivos que se haya completado el saneamiento y recapitalización de la banca, aunque queden aún flecos pendientes, en todo caso no comparables con la situación de hace un año. Y destacan el respiro que supone la concesión de dos años de prórroga para cumplir con el objetivo de reducción de déficit, aunque se avecinen nuevos ajustes. Pero advierten también de la necesidad de que se reactive el crédito y se consolide la inversión, tanto extranjera como nacional, como factores con los que alcanzar el objetivo último, la creación de empleo.
“Cuando salga de la crisis, la economía española lo hará con bajo crecimiento porque las tasas de desapalancamiento son todavía muy altas. Son necesarias reformas estructurales claras que atraigan la inversión extranjera a largo plazo”, advierten en Barclays. La reforma de las pensiones y la vuelta de tuerca al mercado laboral son el camino que ahora marcan al Gobierno el Banco de España y el FMI.