¿Recuerdan vivir sin móviles?
Somos líderes europeos en utilización de teléfonos inteligentes
Una de las principales revoluciones tecnológicas ha sido la movilidad. En Occidente ya nadie concibe hoy tener que depender de un cable para poder comunicarse con el otro lado del planeta. Y eso se debe a los esfuerzos desarrollados por las grandes multinacionales de las telecomunicaciones, la mayoría de ellas presentes en el mercado español. Empezando por Vodafone.
Desde que el grupo de origen británico obtuvo su primera licencia como operadora móvil en 1982, “la evolución del sector de las comunicaciones móviles ha sido de magnitudes épicas. Desde el 1G de los años ochenta hasta las últimas generaciones de redes móviles como LTE, este salto ha sido uno de los más importantes en la historia de las tecnologías de la información de todos los tiempos”, aseguran en la compañía, que aquí se dio a conocer como Airtel Móvil y que lanzó su servicio de móviles de segunda generación (2G) en octubre de 1995 para competir con el anterior monopolio de las telecomunicaciones españolas. Desde aquellos tiempos de mensajería de voz y datos hasta las últimas generaciones de smartphones, servicios en la nube, tecnologías convergentes y comunicaciones unificadas, los servicios lanzados por Vodafone han ayudado a que el sector sea uno de los que más contribuye al PIB del país.
Orange lleva prestando servicios de telecomunicaciones fijas, móviles, de internet y televisión por ADSL en España desde el inicio de la liberalización. Primero como Amena. Desde entonces, ha destinado más de 15.000 millones de euros de inversión acumulada y creado 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos, según la empresa, que asegura tener la innovación como seña de identidad intrínsecamente ligada al día a día de la operadora, “especialmente a la hora de ofrecer productos y servicios que hagan más fácil la vida de sus clientes”.
“Gracias a las nuevas tecnologías y a la evolución de la sociedad se han podido crear empresas como Yoigo”, resaltan desde la compañía, recordando que en los años setenta la telefonía móvil “ni existía ni se intuía. El teléfono era el medio de comunicación más importante y revolucionario y los ordenadores empezaban a irrumpir en la vida de los ciudadanos muy lentamente”.
Ono, por su parte, empezó hace ya más de 12 años con el despliegue de la red de fibra óptica en las primeras comunidades autónomas y metro a metro ha llegado a extender más de 45.000 kilómetros repartidos por toda la geografía nacional. Gracias a la inversión realizada, más de 9.000 millones de euros, y a la implantación de diversas innovaciones, la empresa cuenta con la infraestructura necesaria para ofrecer servicios convergentes de voz, televisión e internet de alta velocidad con calidad garantizada.