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El Instituto de Contabilidad y Auditoría valora si actuó correctamente

Economía abre expediente a Deloitte por la salida a Bolsa de Bankia

Fernando Ruiz, presidente de Deloitte

Las repercusiones de la crisis del sector bancario español siguen expandiéndose a nuevos actores y organismos. Esta vez ha sido el turno de Deloitte, la auditora que supervisó las cuentas del grupo Bankia justo antes de que este se estrenara en Bolsa, en julio de 2011.

El ICAC, que se encarga de valorar el trabajo que realizan las firmas de auditoría, ha abierto un expediente administrativo contra Deloitte y contra Francisco Celma, el socio que firmaba las cuentas de Bankia.

El instituto dirigido por Ana María Martínez-Pina García está analizando si Deloitte cometió alguna “irregularidad formal” al dar su visto bueno a las cuentas de Bankia del primer trimestre de 2011 y del primer semestre de ese mismo año, unos datos clave de cara al estreno bursátil.

Fuentes próximas al ICAC explicaron ayer que el expediente se ha abierto porque hay indicios de “falta de independencia” de Deloitte, si se constata que realizó para Bankia trabajos previos a su salida a Bolsa incompatibles con sus labores de auditoría. Eso desencadenaría en una falta muy grave.

Además, otro motivo por el que el ICAC ha abierto el expediente a Deloitte es porque tiene la impresión de que la auditora no comprobó lo suficientemente bien los saldos de activos y pasivos de Bankia, algo que podría suponer una falta grave.

Deloitte trató de quitar hierro al proceso con un comunicado donde explicaba que este tipo de expediente administrativo es “un procedimiento usual dentro de las funciones de este organismo” y que en “ningún caso” está cuestionando la corrección de los estados financieros auditados de la entidad.

Respecto a la supuesta falta de independencia, Deloitte considera que el comité de auditoría y cumplimiento de Bankia nunca puso ninguna objeción a que la firma se encargara de auditar las cuentas justo antes del estreno bursátil, y que la CNMV “requirió a Deloitte la realización de dichos trabajos”.

El expediente abierto se enviará ahora al juez Fernando Andreu, instructor del caso Bankia en el que se investiga la salida a Bolsa del grupo, y puede derivar en una sanción, aunque la auditora confía en que sea archivado.

Bankia debutó en Bolsa el 20 de julio de 2011, a un precio de 3,75 euros por acción, cuando Rodrigo Rato aún era el presidente ejecutivo. El pasado mes de mayo, y ya con la entidad nacionalizada y José Ignacio Goirigolzarri como presidente, Bankia decidió prescindir de los servicios de Deloitte y proponer a sus accionistas a Ernst&Young como nueva auditora.

El papel de Deloitte ha sido muy cuestionado especialmente tras la nacionalización del grupo en mayo de 2012. Precisamente la negativa de Deloitte a firmar las cuentas de resultados del conjunto de 2011 fue una de las causas que precipitó la salida de Rato de la entidad y su posterior nacionalización. Entonces, Deloitte discrepó con Rato y su equipo por la valoración que hacía la matriz, Banco Financiero y de Ahorros (BFA), respecto a su filial Bankia.

Tras la inyección de dinero público (22.465 millones de euros en total), el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) estimó que Bankia tenía un valor contable negativo. En concreto, –10.444 millones de euros, frente a los 21.000 millones de valor contable que le otorgaba BFA.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya explicó hace tres semanas en el Senado que el ICAC estaba analizando las auditorías realizadas sobre las tres entidades financieras que fueron nacionalizadas, “para ver si se ajustaron a la buena práctica contable”. Guindos señaló a Deloitte y KPMG. La primera, además de valorar las cuentas de Bankia, también revisó las de Novagalicia, Banco de Valencia y CatalunyaCaixa; mientras que KPMG realizó las auditorías de la CAM.

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