Los problemas de Shuanghui para comprar Smithfield
Debe sortear leyes estatales para cerrar la compra de la dueña de Campofrío
El anuncio de la adquisición del grupo alimentario estadounidense Smithfield Food, máximo accionista de Campofrío, por parte de la china Shuanghui pasó a convertirse en la mayor adquisición de una compañía norteamericana realizada nunca por una empresa china. Un total de 5.500 millones de euros, incluyendo deuda, que provocaría que Campofrío, participada en un 37% por Smithfield, pasase a ser controlada por la china. Pero la millonaria operación aún debe pasar los filtros de la legislación estadounidense, que no lo pondrá fácil.
La compra está sujeta a la decisión de un comité federal que debe valorar los riesgos para la industria agrícola y ganadera del país, que en algunos estados prohíbe la propiedad de terrenos destinados a cultivos o ganado a empresas o gobiernos extranjeros. Según una información de la agencia Reuters, hasta ocho estados en los que Smithfield tiene terrenos tendrían vigente dicha prohibición: Iowa, Nebraska, Minnesota, Misouri, Dakota del norte, Oklahoma, Dakota del Sur y Wisconsin. Los mataderos y plantas de procesado de carne que la compañía posee en estos estados estarían, en principio, exentos de esa prohibición, siempre que no dependiesen de operaciones agrícolas, según dice la ley.
Shuanghui preveía que Smithfield se integrara al 100% en su estructura empresarial a partir de la segunda mitad de este año. Y, en principio, nada debería impedirle cumplir con su plan. Pese a las trabas que pueden imponer los legisladores estadounidenses, las fuentes consultadas por la citada agencia creen que la operación no corre peligro, ya que hay vías para esquivar la prohibición, como la creación de una filial en EE UU que esté controlada en al menos un 51% por empresarios que cumplan los requisitos de residencia. Sin embargo, las preocupaciones no se centran tanto en el cumplimiento de las leyes como en el funcionamiento de las distintas filiales de Smithfield una vez se consolide la operación. Sobre todo, en cómo el aumento de la producción para satisfacer la demanda de cerdo en China puede afectar a la actividad de los pequeños ganaderos que trabajan para la compañía y a la seguridad de sus alimentos.
Las empresas chinas ganan peso inversor en EE UU
El caso de Shuanghui puede ser excepcional por la cantidad de dinero que ha ofrecido por comprar Smithfield, pero forma parte de una tendencia consolidada en lo que va de año. En estos cinco meses y medio de 2013, las empresas chinas han invertido unos 10.500 millones de dólares en compañías norteamericanas, según datos de Thomson Reuters. Otros sitúan la cifra en 50.000 millones entre 2005 y 2012. Algunos estados como el de Carolina del Norte se afanan en atraer este tipo de inversiones, como ha sido el caso de Lenovo, que cuenta con una fábrica de ordenadores. Este estado además dispone de oficinas permanentes en Hong Kong y Shanghai para estar en mejor posición a la hora de captar inversión. Se calcula que las empresas chinas en EE UU emplean a 30.000 trabajadores.
Información privilegiada
Además, la adquisición de Smithfield está rodeada de acusaciones por la utilización de información privilegiada. Así lo advirtió el regulador estadounidense, la SEC, que hace unos días bloqueó los activos de un broker tailandés que ganó tres millones de dólares hasta un día antes del anuncio de la compra.
Shuanghui, que no ha dejado dudas de su capacidad económica, deberá comprobar su capacidad burocrática.