El Banco de España aboga por la recapitalización directa de los bancos
El Banco de España considera que si el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) pudiera recapitalizar directamente a las entidades bancarias con dificultades contribuiría a recuperar la confianza en el sector y facilitaría la recuperación del crédito.
Esta es una de las principales conclusiones del Informe Anual 2012 del Banco de España, que recuerda que de esta forma, el MEDE “haría de puente hacia un futuro mecanismo de gestión y resolución” de esas entidades.
España ha utilizado sólo 40.000 de los 100.000 millones de euros que Bruselas puso a su disposición para recapitalizar y reestructurar su sistema bancario, tal como se acordó el pasado verano.
El Gobierno ha recalcado que no piensa recurrir a los restantes 60.000 millones, ni por necesidades de recapitalización de los bancos, ni por la de financiación del Estado.
Según el informe, la última crisis financiera puso de manifiesto que es necesario que exista una mayor “corresponsabilidad” en la supervisión y en la resolución de entidades con problemas, como forma de prevenir riesgos sistémicos y la “retroalimentación entre los riesgos soberano y bancario”, dice el informe.
Todo ello, explica, ha cimentado un consenso creciente sobre la necesidad de “transferir progresivamente” aspectos esenciales de la política bancaria al nivel supranacional, es decir, profundizar en la unión bancaria, como acordaron los gobiernos europeos en junio de 2012.
De esta forma, recuerda el Banco de España, se restablecería la confianza en el sector financiero, se eliminaría la fragmentación de los mercados y restaurarían los canales de transmisión de la política monetaria.
Esta unión se sustentaría en tres pilares: un mecanismo único de supervisión, un fondo común de garantía de depósitos y un mecanismo de gestión y resolución de entidades en crisis, el único en el que se ha avanzado rápidamente y que, previsiblemente, entrará en vigor en 2014, recuerda el texto.
Este mecanismo estará integrado por los supervisores nacionales y el Banco Central Europeo (BCE), que se encargará de supervisar directamente a las entidades más grandes y a las que hayan recibido asistencia financiera europea.
Según el informe, la genuina unión bancaria también se logrará estableciendo un mecanismo integrado de reestructuración de entidades en dificultades, que tenga suficiente capacidad para “aislar los focos de inestabilidad cuando la prevención no sea suficiente y se produzcan crisis bancarias”.
Sólo de esta forma, continúa el informe, se podrán abordar los problemas “con la necesaria celeridad”, evitando que las dificultades que puedan producirse en algunas entidades “contaminen las cuentas públicas” de los estados donde se localizan y “proyectando desconfianza sobre todo el sistema financiero”.
También se abordará más adelante la creación de un esquema común de garantía de depósitos, sobre el que aún no hay consenso, ya que actualmente existen distintos fondos de garantía con distintas formas de financiación.
En definitiva, el desarrollo de una unión bancaria completa es “esencial” para la “estabilidad” del proyecto europeo, una unión que permita disponer de instrumentos de gestión de crisis con los que se pueda evitar la fragmentación de los mercados financieros y se favorezca la integración de los mercados de capital.