'The Economist' apunta que España necesita nuevas fuentes de crecimiento
El semanario británico The Economist apunta en último número publicado hoy que, pese a las “prometedoras” reformas, la situación económica en España continuará a menos que emerjan nuevas fuentes de crecimiento.
Esta publicación da su visión en dos artículos sobre el panorama económico que vive este país, donde dos años después de las protestas surgidas en Madrid de los llamados “indignados”, el Gobierno de Mariano Rajoy es “impopular” y también lo es la oposición.
The Economist detecta “algunos atisbos de esperanza” para la economía española, como la rebaja del coste de la deuda y el control del gasto en las autonomías.
Mientras que otros países afectados de la zona euro culpan a los alemanes de sus penas, en España se considera que están pagando por sus excesos, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, observa The Economist.
Con cifras económicas “lúgubres” y una economía “en profunda recesión”, España podría representar “el mayor test para el euro” al ser el único miembro importante de la Unión Europea (UE) que ha estado “cerca de un rescate”.
Mientras Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre ya fueron rescatados y están inmersos en programas acordados con la troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo), España adoptó en 2012 una “oferta a medio camino”.
A diferencia de Francia, ha llevado a cabo grandes reformas estructurales y, a respecto a Italia, tiene un Gobierno sólido que espera durar hasta las próximas elecciones a finales de 2015, señala.
The Economist detecta “algunos atisbos de esperanza” para la economía española, como el hecho de que gracias al Banco Central Europeo (BCE), el interés de los bonos a largo plazo haya caído a niveles anteriores a la crisis o que la “afilada” consolidación fiscal haya recortado el déficit presupuestario del 11 % del PIB de 2009 hasta el 7 % este año.
Resalta también que el excesivo gasto público por regiones se haya controlado y que España cuenta con dos años extra para rebajar su déficit por debajo del 3 %.
El programa de reestructuración y reformas del Gobierno ha comenzado a producir resultados, indica la revista, y la economía real ha comenzado también a mostrar señales de mejora, como muestra el hecho de que España haya hecho más que la mayoría de países de la UE para recuperar competitividad.
Pese a esos “atisbos de esperanza”, The Economist encuentra algunos “problemas” que podrían “deshacer ese progreso limitado”, como la crisis crediticia o la insuficiente demanda y falta de recursos para el crecimiento.
En otro artículo diferente, centrado en la situación de desempleo del país, The Economist indica que Rajoy confía en revertir la tendencia antes de los próximos comicios, si bien hasta la fecha su récord es “deprimente”.
En los últimos 17 meses, se han suprimido 1,2 millones de puestos de trabajo, elevando el total de la pérdida de empleo por encima de los 6 millones desde 2007, recuerda.
Dentro de la UE, solo los datos de desempleo de Grecia son peores y en provincias del sur de España como Cádiz, esa tasa se sitúa por encima del 40 %. Mientras que entre los jóvenes, la cifra superó el 57 %, agrega la revista. E