Economía pretende acelerar la venta de Catalunya Banc y Novagalicia
El FROB creará un banco puente al que Catalunya Banc y Novagalicia traspasarán sus activos tóxicos El papel de Bankia como coordinador de la banca pública se ha descafeinado
Economía se ha encontrado con más tropiezos de los que preveía inicialmente a la hora de establecer una alianza entre los tres bancos públicos –Bankia, Catalunya Banc y Novagalicia–. Tras el proceso frustrado de vender la firma catalana, su idea inicial era fusionar Bankia y Catalunya Banc, diseño que Bruselas vetó. También intentó una fusión fría entre Bankia, Catalunya Banc y Novagalicia, pero no solo chocó con Europa y con la firma gallega, sino también con el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri, que necesita centrarse en su proyecto.
Ante ello, y tras comprobar que podría haber alguna entidad sana interesada en pujar por Catalunya Banc si se recapitaliza y limpia los activos tóxicos que aún están en su balance, el FROB y por extensión Economía han optado por activar su subasta y la de Novagalicia, aunque en este caso la operación de venta es más complicada, ya que la firma que preside José María Castellano y el Gobierno gallego defienden la idea de contar con un banco regional.
El objetivo de Luis de Guindos es vender ambas entidades antes de cierre de año, ya que según el informe de la consultora McKinsey y del banco de inversión Nomura, su valor no será superior con el paso del tiempo. Además, Economía quiere una resolución rápida de los dos bancos, lo mismo que la banca sana. El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, reconoció ayer que el Gobierno no descarta adelantar la venta de Catalunya Banc y Novagalicia Banco si mejoran las condiciones de mercado y hay más apetito inversor. El Estado tiene hasta 2017 para vender ambas firmas, según los planes aprobados por Europa.
Uno de los problemas que frenó la subasta de la entidad catalana fue las nuevas necesidades de provisiones que detectaron sus pretendientes. En su examen encontraron una cartera de créditos mal clasificados de 3.000 millones de euros, lo que a la larga supondría nuevas necesidades de capital.
Ante ello, el Gobierno limpiará de activos tóxicos tanto Catalunya Banc como Novagalicia con la creación de un banco puente, en el que se incluirán los créditos de las dos firmas que no se traspasaron a Sareb y otras carteras que necesiten provisiones extra. Este banco puente será financiado con deuda pública emitida por el Tesoro. La nueva línea de liquidez que abriría el Estado a través del FROB para estas entidades oscila entre los 12.000 millones a los 20.000 millones.
La venta de Catalunya Banc se podría realizar por troceo, con la subasta de carteras y redes de oficinas. Un primer bloque es la red catalana. Varias fuentes apuntan a que solo Santander y BBVA estarían dispuestas a comprar en este segundo intento de venta. La venta de Novagalicia es más complicada, aunque también corre menos prisa, ya que la entidad ha comenzado a tener beneficios en el primer trimestre.
El proyecto de Castellano sigue siendo la venta de la firma a fondos internacionales. Siempre ha asegurado que esta operación, que se realizaría a través de un concurso, sería más barata para el contribuyente que su subasta con nuevas ayudas.
Tanto Castellano como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, intentan que Novagalicia no pase a manos de un gran banco español, ya que ello supondría la desaparición de la entidad. El Gobierno podría en este caso optar por el diseño de Castellano si es rentable, el problema es que el Banco de España no ve con buenos ojos que un fondo de inversión sea el dueño de una entidad financiera, pese a que ya hay experiencias en Irlanda y Reino Unido.
El FROB ya ha dado esta semana luz verde al informe de McKinsey y Nomura, que se presentará estos días. En él Bankia tendrá un papel muy descafeinado en la coordinación de la banca pública, que se activaría si no se logra vender las dos firmas regionales.