El ‘crowdfunding’ aterriza en las salas de cine con ‘El Cosmonauta’
De pretender rodar en un primer momento un cortometraje a lograr convencer a más de 5.000 pequeños inversores para financiar un largometraje sobre el viaje del primer astronauta ruso a la Luna. Una odisea que lleva por título El Cosmonauta y que este fin de semana se ha estrenado conjuntamente en las salas de cine, en canales de televisión de pago (Canal+ Xtra), y en plataformas de cine online, como Yomvi.
El Cosmonauta es la primera película española financiada a través de crowdfunding, es decir, gracias a pequeñas aportaciones económicas de personas que apuestan por un proyecto determinado e invierten una pequeña cantidad de dinero. En este caso, las aportaciones arrancan desde dos euros y los interesados pueden obtener diversos elementos de merchandising de la película. Además, los promotores del proyecto dan la opción de convertirse en inversor de la cinta, lo que permitirá a los inversores acceder a un porcentaje de los beneficios de la misma, con cuantías que van desde 100 a 80.000 euros. Un sistema por el que han optado unos 600 inversores.
Por el momento, la cinta ha logrado captar 400.000 gracias al crowdfunding y ha obtenido una subvención del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), cuantía que no cubre los gastos totales de su presupuesto, unos 800.000 euros. El resto, unos 300.000 euros, corresponde al salario diferido del equipo de la película.
Nicolás Alcalá, director de El Cosmonauta, reconoce a CincoDías que el crowdfunding ha permitido al proyecto utilizar “un nuevo modelo de distribución gracias a la libertad económica”. Un nuevo modelo de distribución que ha podido abarcar en un mismo momento las distintas ventanas de exhibición que tienen las obras audiovisuales, es decir, las salas de cine, los canales de televisión de pago, las plataformas de cine por internet y la venta en DVD, además de permitir al usuario disfrutar de la cinta de forma gratuita en internet. En definitiva, permitir “que el espectador pueda hacer lo que él quiera con la película”. Un mensaje que el equipo de la película, tres jóvenes de tan solo 25 años, lleva a su máxima expresión al permitir que los espectadores puedan remontar la película a su gusto, dado que dispone de licencia Creative Commons, o puedan exhibirla en cualquier lugar.
El proyecto de El Cosmonauta nació en 2009 cuando el concepto de crowdfunding no existía aún y mucho menos las plataformas de micromecenazgo, como la estadounidense Kickstarter. Su equipo optó entonces por lanzar un llamamiento a posibles inversores en internet para poder sufragar los gastos de los billetes de vuelta de Letonia, donde tuvo lugar parte del rodaje de la cinta. Cuatro años más tarde, ha logrado dar el salto a la pantalla grande, aunque por el camino se vio adelantada por la película El Mundo es Nuestro, que se estrenó en las salas en 2012 gracias a la buena acogida en YouTube de los vídeos de sus dos protagonistas, el Cabesa y el Culebra, y de una campaña de crowdfunding que logró recaudar 600.000 euros.
Con todo, Alcalá se muestra escéptico con las virtudes del crowdfunding para la realización de nuevos proyectos cinematográficos. “Lamentablemente no veo que haya otro proyecto como El Cosmonauta en los próximos años, porque es más fácil obtener financiación para proyectos más pequeños, como cortometrajes o discos”.