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Columna
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Ivan Glasenberg, al frente de Glencore

La destitución de John Bond es una oportunidad para que Glencore Xstrata traiga un soplo de aire fresco a la directiva. La mejor forma de proceder sería que el sustituto del presidesaliente fuera alguien externo. Eso implicaría descartar a quien parece estar llamado a ser el sucesor, Ivan Glasenberg, consejero delegado de la minera recién fusionada y su mayor accionista. Sin embargo, un doble mandato podría reflejar mejor la realidad empresarial.

Los accionistas –incluyendo algunos de los principales ejecutivos de Glencore– parecían ansiosos por mostrar a Bond la salida después de su polémica gestión de la batalla por la adquisición como presidente de Xstrata. Con su inesperada marcha, y la expulsión los ex directivos de Xstrata en la reunión anual de la compañía, la Glencorización de los puestos más altos de la compañía resultante de la fusión es ahora casi completa.

Parece que el nuevo grupo quiere conseguir el derecho de sucesión. Tony Hayward, ex presidente de BP y actual director independiente senior de Glencore, será el presidente interino y conducirá la búsqueda del sustituto definitivo. Según Reuters, él no buscará hacerse con el puesto.

El consejero seguirá ejerciendo un poder enorme en Glencore Xstrata sin importar quién sea el presidente

Glencore Xstrata debería aprovechar la llegada de alguien externo con suficiente fuerza y personalidad como para frenar a Glasenberg, que posee alrededor del 8% de la compañía. El candidato ideal debe tener una reputación independiente para ponerse en la línea de fuego y ser capaz de navegar por la City londinense.

Glasenberg seguirá ejerciendo un poder enorme en Glencore Xstrata sin importar quién sea el presidente. Probablemente algunos gurús de la dirección se pondrían furiosos si la compañía decidiera nombrarlo presidente. Puede que eso sea suficiente para que la empresa no se lo plantee. Pero simplemente reflejaría la realidad: el futuro de Glencore Xstrata está ligado al de de Glasenberg y un propietario-gerente con la mayoría de su fortuna personal atada a las acciones de su compañía no va a ser fácilmente controlado o zarandeado.

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