Financiación buena y barata

La exitosa trayectoria marcada por las emisiones del Tesoro español demuestra un apetito de los inversores que se ha trasladado saludablemente a las empresas, prestas a acudir al mercado para colocar deuda cada vez con más seguridad. Las colocaciones de las compañías se han reactivado de tal manera que estos primeros meses de 2013 se han convertido en el mejor arranque de emisiones de deuda corporativa ni más ni menos que desde 1995. Y no solo en volumen. Además de la sobredemanda con que se encuentran, los magníficos precios a que están colocando sus bonos las compañías españolas, que en algunos casos alcanzan mejoras récord, han animado a más de una a lanzar emisiones sin tener una necesidad perentoria, pero con el acertado objetivo de abaratar los costes de financiación, algo que más pronto que tarde se verá reflejado positivamente en sus balances.

 Este campo abonado lo es para las grandes empresas, por su capacidad para demandar fondos directamente a los mercados. Pero el problema sigue en las pequeñas y medianas, que deben depositar sus esperanzas financieras en los intermediarios. Es urgente que el horizonte de la financiación se despeje también para las pymes, sin las cuales ni la economía funcionará, ni el empleo despegará, ni el consumo revivirá.