El valor real de Ferguson
El retiro de Alex Ferguson debe preocupar a los aficionados del Manchester United y a los inversores tanto como deleita a sus sufridos rivales. Su triunfal reinado de 26 años ha ido ligado al igualmente impresionante ascenso económico del club. La salida de Ferguson revelará en qué proporción depende el club de su valor como gerente.
Los elogios se centrarán en sus triunfos deportivos. En 26 temporadas como entrenador, el equipo se ha hecho con 13 títulos de la Premier, cinco copas inglesas y dos Ligas de Campeones. Sin embargo, este periodo ha coincidido con el asenso del fútbol británico como deporte global, con el Manchester United como principal beneficiario. Ferguson ha visto las fluctuaciones del club en el mercado de valores dos veces –en Londres en 1991 y en Nueva York el año pasado. Entre medias, también se produjo la adquisición por la compañía de Rupert Murdoch, British Sky Broadcasting –que fue bloqueada por las autoridades de la competencia del Reino Unido–, y la compra apalancada realizada por el magnate estadounidense Malcolm Glazer.
Durante ese período, el valor del club fue impulsado por el crecimiento de los ingresos por televisión y por patrocinio, los elevados precios de las entradas, y una habilidad infalible para vender de camisetas. La oferta de Murdoch en 1998 valoró al club, entonces ligeramente endeudado, en algo menos de 1.000 millones de dólares. El 7 de mayo, un día antes del anuncio del retiro de Ferguson, su patrimonio estaba valorado en poco más de 3.000 millones --con alrededor de 675.000 millones de deuda bruta.
La élite del fútbol europeo se autoperpetúa: los mejores equipos generan más ingresos, con lo que se hacen con los mejores jugadores y cuerpos técnicos para asegurar sus triunfos.
Sin embargo, si el dinero fuera el único factor determinante, el récord de Ferguson no sería tan impresionante. En las últimas dos décadas se ha enfrentado a los desafíos de rivales que no reparan en gastos, pero el Manchester United se ha recompuesto siempre gracias a la determinación de Ferguson. Aficionados e inversores no serán tan pacientes con su sucesor.