La crisis duplicará el grado de concentración bancaria en España
Tal concentración supondría un grado de competencia mínimo para la UE. Las cinco mayores entidades sumaban el 40% a cierre de 2007. A finales de 2011 las mayores entidades habían elevado su cuota al 48%.
En un futuro no lejano tendremos solo siete u ocho entidades financieras. La tendencia de desplazamiento de cuotas hacia entidades de mayor tamaño en absoluto ha finalizado, veremos correcciones en los próximos años. La solvencia y el tamaño serán determinantes para liderar el sector”, argumentaba hace un par de semanas el director general de Banca Comercial de Santander, Enrique García Candelas, para rematar avanzando que “el nivel de concentración hará que Santander, BBVA y CaixaBank tengan el 70% de cuota de negocio”.
Sus previsiones fueron suavizadas pocos días después por el aún consejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz, que adujo que estas tres firmas acapararán alrededor del 50% del mercado en 2015. En esta línea, sin embargo, varias de las grandes entidades consultadas coinciden en que, en pocos años, el 80% del mercado descansará en solo cinco manos (a los tres bancos citados se sumarían Bankia si conserva su independencia y Sabadell, el más activo en compras domésticas). Un grado de concentración que duplica el de antes de la crisis.
Así lo reflejan los datos que publica el BCE para medir la competencia bancaria de cada país. Según este registro, las cinco mayores entidades españolas sumaban una cuota de mercado del 41% en 2007. La drástica reducción de las cajas y el baile de fusiones bancarias que ha desatado la crisis elevó dicho grado de concentración al 48,1% a cierre de 2011, su máxima cota registrada y el último dato publicado por el supervisor.
Incrementar dicha cuota hasta el 80%, como barajan varios de los grandes bancos, colocaría a España a la cola del grado de competencia europeo. Solo Estonia, Lituania, Países Bajos y Finlandia cuentan hoy día con un mayor grado de concentración. Esta transformación supondría que la competencia entre las entidades del sistema financiero español sería menor que la de un mercado tan concentrado como el de la isla de Malta.
De momento, los balances consolidados de 2012, que toman solo el negocio español de las entidades, muestran que por volumen de activos, Santander, BBVA y CaixaBank controlan el 48% del mercado, el 58% si se suma a Sabadell y Popular. “Dado que a los bancos de los grupos 1 (Bankia, Catalunya Banc y Novagalicia) y 2 (BMN, Liberbank, Caja3 y Ceiss) se les impone una reducción del balance en los próximos años –por las ayudas públicas recibidas– el resto ganaran cuota”, admite Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie.
Mayor menoscabo de la competencia regional
El riesgo de oligopolio que puede suponer que cada vez más negocio bancario esté repartido en menos manos en España, tiene especial incidencia a nivel regional. Así, el hecho de que las seis mayores entidades sumen ya el 69% de la cuota de negocio puede parecer poca cosa al comprobar que una sola firma controla el 70% del mercado una provincia. Es lo que pasó a controlar Bankia en Ávila o Segovia tras su fusión, según datos de la Comisión Nacional de Competencia que, sin embargo, no tiene en cuenta criterios regionales a la hora de aprobar o rechazar una operación. Por contra, el cierre de oficinas está dejando algunas localidades sin presencia bancaria, lo que también perjudica a la clientela.
Maudos asume, sin embargo, que alcanzar la citada cuota del 80% exigiría que los grandes bancos se hicieran con las nacionalizadas, lo que sí “aumentaría aun más la concentración, hasta niveles quizás peligrosos”, advierte. “Si Bankia se lo quedara alguna de las otras grandes o se troceara”, ilustra, “las cinco grandes tendrían el 69%”. Una opción, no obstante, que el catedrático considera aventurada.
El sector, sin embargo, cree que son otros factores los que multiplicarán su importancia. El propio García Candelas aseguraba recientemente que la reducción del número de cajas –de 45 a una docena– y de oficinas –de 46.000 a 30.000 tras los ajustes pendientes– permitirá a las grandes entidades ganar más cuota con menos presencia.
Un pronóstico con el que coincide Jaime Sáenz de Tejada, director de BBVA en España y Portugal, quien ha incidido en el principal catalizador de la nueva transformación que está experimentando el sector: el traspaso de la clientela de las entidades aparentemente más débiles hacia aquellas que emanan fortaleza.