Hacienda ultima las subidas fiscales a destilados y tabaco
La hostelería asegura que elevar la fiscalidad sobre el alcohol provocará la pérdida de 30.000 empleos El aumento tributario se aprobará antes de acabar el mes
El Ministerio de Hacienda ultima la subida de los impuestos especiales, que afectará al tabaco y a los destilados (whisky, ron, ginebra, vodka y orujo, entre otros). En cambio, los hidrocarburos, la cerveza y el vino –que aplica un tipo del 0%– no se verán involucrados en este incremento fiscal. Los sectores afectados, la hostelería entre ellos, consideran que la medida del Gobierno supondrá un duro golpe a su actividad.
La industria tabacalera y el sector de las bebidas espirituosas son conscientes de que, más temprano que tarde, abrirán el Boletín Oficial del Estado (BOE)y constatarán que los impuestos de los productos que venden han subido. Para el tabaco, supondrá el cuarto incremento fiscal desde que Mariano Rajoy ganó las elecciones en noviembre de 2011. En cambio, las bebidas espirituosas habían sorteado los sucesivos aumentos impositivos. Hasta ahora. Fuentes de la industria de destilados se muestran ya casi resignadas y apuntan que Hacienda les ha comunicado que elevará en torno a un 10% la fiscalidad que soportan bebidas como el whisky o el ron.
Fuentes de Hacienda recuerdan que las subidas de impuestos específicos a determinados productos no se anuncian y se remiten a las palabras de su ministro, Cristóbal Montoro, que anunció el pasado 26 de abril que aumentarían los impuestos especiales (tributos que gravan el alcohol, el tabaco, los hidrocarburos y la electricidad). Sin embargo, Montoro añadió que el aumento impositivo no afectaría ni a los hidrocarburos ni a la hostelería.
Unas palabras que tranquilizaron en un primer momento al sector de los destilados hasta que conocieron que Montoro descartaba la subida del vino y de la cerveza, pero no así de las bebidas espirituosas. La industria, que no oculta su malestar, considera que los destilados son una parte fundamental de los ingresos de la hostelería y recuerda que los mayores márgenes de beneficio se obtienen de los licores. En este sentido, la patronal de hoteles vaticina que un aumento fiscal sobre los destilados provocará la pérdida de unos 30.000 empleos.
Las empresas de destilados han trasladado sus argumentos a Hacienda para evitar lo que ya parece inevitable. Defienden que las bebidas espirituosas están discriminadas frente a cerveza y vino al soportar una mayor fiscalidad. Más del 40% del coste de una botella de licor son impuestos, un porcentaje que se reduce al 24,3% en el caso de la cerveza. Además, señalan que las bebidas espirituosas aportan el 73,18% de los ingresos derivados de los impuestos especiales sobre el alcohol y, sin embargo, el consumo de espirituosos solo representa el 27,3% del total.
Por otra parte, apuntan que subir solo los tipos al alcohol de mayor graduación intensificará los cambios de hábitos de los consumidores, que sustituyen las bebidas espirituosas por cerveza o vino. Una tendencia que ya se empezó a producir por la crisis. Los datos de la Agencia Tributaria reflejan que la recaudación del impuesto sobre los destilados ascendió en 2012 a 745 millones, un 20% menos que antes de la crisis. En el caso de la cerveza, la caída en ese mismo período ha sido del 1%.
Ante la incapacidad de modificar la opinión del Ejecutivo, el sector reclama una subida más moderada y por igual a todos las bebidas alcohólicas. Una posibilidad que, en Hacienda, descartan. No hay intención de elevar el impuesto sobre la cerveza –la bebida con mayor aceptación popular– y dejar de bonificar el vino es algo que, para el Gobierno, ni siquiera es discutible.
¿Por qué no se adelantan las compras?
Si bien el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya dejó entrever una subida fiscal del tabaco y, más tarde, trascendió un incremento impositivo a los destilados, no se está registrando una acumulación de stock para sacar provecho del aumento tributario. Fuentes del sector del alcohol y la hostelería señalan que la falta de liquidez impide que se produzca ese “adelanto de compras”. En el caso del tabaco, sirve la misma explicación aunque existen más matices. Si bien se da por seguro que aumentará la fiscalidad para los fumadores, no está claro si la medida afectará a todos los productos o, como pasó en anteriores aumentos impositivos, se limitará a la picadura de liar o a las cajetillas de precios más bajos. Ante esta disyuntiva, los estanqueros optan por la prudencia.
Por otra parte, un aumento impositivo también puede derivar en una guerra de precios entre las grandes firmas, lo que perjudicaría a los estanqueros que hubieran incrementado su stock ante la previsión de un aumento fiscal. Todo apunta que el incremento impositivo no se aprobará este viernes, aunque la intención del Ejecutivo es hacerlo cuanto antes y, si puede ser, en este mes de mayo. Si bien no se ha producido un adelanto de compras, Hacienda sabe por experiencia que puede resultar contraproducente anunciar o sugerir un aumento de los impuestos especiales.
El propio Montoro reconoció que la expectación ante un aumento fiscal a determinados productos puede desvirtuar el mercado. Actualmente, el 79,5% del precio de una cajetilla de tabaco en España son impuestos. Un nivel inferior al registrado en Reino Unido, Grecia, Holanda, Francia o Portugal. Y superior a la fiscalidad que se aplica en Alemania o Italia.