La sombra de Botín pasa a ser su mano derecha
Dirigió la filial de banca privada del grupo, Banif, durante seis años Ha logrado grandes plusvalías con la venta de carteras de seguros del grupo
Javier Marín (Madrid, 1966) es el nuevo consejero delegado de Banco Santander, el primer grupo financiero de la eurozona. Este banquero de perfil discreto, empezó su meteórica carrera en la entidad cuando se convirtió en secretario personal del presidente Emilio Botín, en 1995. Su nombramiento ha sorprendido a muchos. Por su juventud y por no haber tenido presencia en el consejo, pero la mayor parte de personas consultadas resalta el mensaje de cambio generacional que supone su elección como número dos del grupo, y señalan que es una elección que tiene repercusiones positivas para el futuro relevo de Botín en la presidencia.
El cargo que más ha marcado la carrera de Javier Marín es el del consejero delegado de Banif, la filial de banca privada de Santander. Desempeñó ese puesto durante seis ejercicios (de 2001 a 2007, los años de mayor crecimiento económico en España en décadas, gracias en buena medida a la burbuja inmobiliaria) y convirtió esta entidad “en un modelo de negocio y una marca de éxito, que después se exportó a otros países”, según explica un colaborador cercano.
Tras dejar este puesto, pasó a desempeñar en 2007 el puesto de director de banca privada global del grupo Santander (que además de Banif engloba otras filiales y divisiones de banca privada), un cargo al que fue sumando la responsabilidad sobre gestión de activos (2009) y seguros (2011).
Una de las críticas que ayer se escucharon en el mundo financiero tras el nombramiento de Marín es que nunca ha tenido responsabilidad directa sobre banca minorista, la principal actividad de Santander en la mayoría de países donde opera. Sin embargo, su experiencia en banca privada le permite haber tenido un acceso muy próximo al cliente (eso sí, de patrimonios medios y altos) y también conocer bien el negocio de banca de inversión (con asesoramiento fiscal y corporativo a empresas y grandes fortunas).
Sus responsabilidades sobre seguros le han permitido fraguar dos operaciones que le han dado mucho prestigio en la casa. La primera, la venta a la aseguradora Zurich del 50% de sus filiales de seguros en Brasil, Chile, México, Argentina y Uruguay (una jugada por la que Santander ingresó 1.210 millones de euros en plusvalías). Y, la segunda, el acuerdo de bancaseguros alcanzado con Aegon para el negocio de vida y no vida en España (Santander se apuntó plusvalías por 410 millones de euros). También fue el máximo responsable de la creación de la plataforma de fondos Allfunds.
Su juventud es lo que más ha sorprendido en el mercado. “Realmente pasar de un consejero delegado de 70 años a uno de 46 es un salto cualitativo”, explican desde una conocida firmas de cazatalentos. “Todo el mundo especulaba con que los mejor colocados para suceder a Sáenz eran los hermanos Rodríguez Inciarte [Matías y Juan]. Banqueros veteranos, con una experiencia de gestión muy variada. Realmente es llamativo que nunca haya estado en el consejo de administración”.
Un gestor de un fondo de inversión extranjero destaca que el rasgo más definitorio de Marín es que es “una persona de la máxima confianza de Emilio Botín”, alguien que le facilitará “la transición para poder traspasar el poder a su hija, Ana Patricia Botín”.
Otro directivo de un fondo de inversión, que conversó con Marín hace pocas semanas, destaca de él que es un “ejecutor de proyectos, un apagafuegos, una persona especializada en solucionar problemas”. También destaca su papel en la concreción de acuerdos extrajudiciales para soslayar las demandas de clientes de Banif y Santander por las inversiones ruinosas en el entramado societario de Bernard Madoff.
Su juventud, y la distancia en perfil público y experiencia con su presidente, han sido comparadas por muchos con lo ocurrido en BBVA tras el relevo de José Ignacio Goirigolzarri por Ángel Cano o con la elección de Francisco Gómez Martín como consejero delegado de Banco Popular.
También destacan que el grupo ha reorganizado en los últimos 12 meses las áreas claves, lo que limitará mucho su capacidad para nombrar nuevos directivos y le exigirá una gran capacidad como coordinador de directivos. Efectivamente, Santander realizó importantes cambios en la división de banca comercial en España, tras la absorción de Banesto y Banif, y reforzó los poderes de Enrique García Candelas. Un año antes, Santander había nombrado a José García Cantera, exconsejero delegado de Banesto y mano derecha de Ana Patricia Botín, como director general de la división de banca mayorista global.