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Javier Marín, nuevo consejero delegado del grupo

El Banco de España considera "positiva" la renuncia de Alfredo Sáenz en Santander

Marín era hasta ahora responsable de seguros, gestión de activos y banca privada Villar Mir entra en el consejo del banco como independiente Sáenz tenía abierto un procedimiento para determinar su honorabilidad

El presidente de Banco Santander, Emilio Botín, flanqueado por el exconsejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz (izquierda), y su sucesor, Javier Marín
El presidente de Banco Santander, Emilio Botín, flanqueado por el exconsejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz (izquierda), y su sucesor, Javier Marín

El Banco de España ha considerado hoy “positiva” la renuncia de Alfredo Sáenz como consejero delegado del Grupo Santander, una decisión, que a juicio de la primera entidad contribuirá a “fortalecer la solidez del sistema financiero español”.

Así lo han explicado hoy fuentes oficiales del Banco de España, que han añadido que ya conocían la renuncia de Sáenz, sobre cuyas cualidades “personales y profesionales” la entidad tiene “la más alta estima”.

El Banco de España tenía abierto un procedimiento para determinar la honorabilidad de Sáenz y su idoneidad para seguir desempeñando su cargo de consejero delegado, tras aprobar el Gobierno medidas que modificaban los requisitos de honorabilidad.

Fuentes del sector consultadas por EFE aseguran que el proceso aún sigue en marcha, porque el Banco de España no ha recibido comunicación formal alguna sobre el asunto, aunque aventuran que lo más probable es que el expediente se cierre.

La renuncia de Sáenz se produce después de que el Tribunal Supremo confirmara el pasado 19 de abril una sentencia en la que anulaba parcialmente el indulto que le había concedido, lo que le permitiría recurrir en amparo al Tribunal Constitucional.

En una providencia, el Supremo rechazó el incidente de nulidad que el banquero interpuso para pedir la suspensión de dicha sentencia, dictada el pasado 20 de febrero, al considerar que no se ha vulnerado su derecho a una tutela judicial efectiva.

Sáenz fue condenado en marzo de 2011 por el Supremo por un delito de acusación falsa contra unos deudores de Banesto, entidad que presidió tras ser intervenida en 1993.

Aunque en un primer momento la Audiencia de Barcelona le condenó a seis meses de prisión, Sáenz recurrió ante el Supremo, que rebajó la pena a tres meses de cárcel e inhabilitación para ejercer su cargo.

Posteriormente, en noviembre de 2011, Sáenz fue indultado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, aunque después el Supremo anuló parcialmente la medida de gracia.

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