Champions: el poderío económico español contra la prudencia alemana
Bayern y Dortmund presentan unos bajos niveles de deuda, a diferencia de los clubes españoles
Ya se conocen los emparejamientos de las semifinales de Champions. El Fútbol Club Barcelona y el Bayern de Múnich protagonizarán el cruce más atractivo, con el el Real Madrid y el Borussia Dortmund completando el cuadro.
Ganar la Liga de Campeones no sólo supone una gran dosis de prestigio a nivel internacional. Los cuatro semifinalistas lo saben, ya que todos han ganado al menos una vez el torneo. Pero la recompensa económica no es menos destacable. El último campeón, el Chelsea, recaudó 60 millones de euros, el premio más grande que ha repartido el torneo a un solo equipo, gracias a los 30 millones que ingresó solo por la cuota televisiva que le correspondió por pertenecer al país que más derechos paga por retransmitir el torneo.
Barcelona y Madrid han ganado hasta llegar a semifinales unos 25 millones de euros, gracias a la cuota fija de 8,6 que todos los equipos tienen asegurada, más los resultados de la fase de grupos y las bonificaciones por pasar de ronda. Si consiguen superar a sus rivales alemanes y alcanzan la final, tendrían asegurados otros 6,5 millones que se embolsaría el subcampeón, 10,5 en el caso del vencedor final. Sumada la cuota televisiva, de entre 15 y 20 millones, un campeón español podría ingresar más de 50 millones de euros. El Málaga, eliminado en cuartos de final, tiene asegurados 20,5 millones por su rendimiento deportivo en el torneo, más la cuota televisiva que irá de los 10 a los 15 millones.
De los más de 700 millones de euros que el organizador del torneo, la UEFA, recauda por derechos televisivos y comerciales, 530 son repartidos entre sus equipos, un 75%. Una cantidad que queda lejos de los 150 que reciben los clubes que participan en el segundo torneo continental. El último campeón, el Atlético de Madrid, recibió apenas 10 millones.
Tres colosos y una amenaza
Las semifinales del principal torneo internacional de clubes del planeta da cita a tres colosos financieros y a un equipo en clara proyección, que ha ganado dos ligas domésticas después de haber atravesado una dura crisis que estuvo a punto de hacerlo desaparecer del mapa hace apenas siete años.
El Bayern de Múnich no es precisamente un club pequeño económicamente hablando. Atraviesa una dulce etapa futbolística tras coronarse como el campeón más precoz de la Bundesliga y de haber arrollado al Juventus en cuartos. El club bávaro ha cerrado su mejor ejercicio económico en 112 años. Y eso, pese a seguir fiel el espíritu austero que inunda el país bajo la presidencia de Angela Merkel. “Creo que los socios del club pueden sentirse orgullosos del Bayern”, aseguró el pasado mes de noviembre el responsable financiero de la entidad, Karl Hopfner. El Bayern es el cuarto club del continente por facturación, por detrás de los dos españoles y del Manchester United. Su negocio experimentó una fuerte subida gracias a su buena temporada el año pasado, cuando perdió la final frente al Chelsea. A cierre de la temporada pasada, el futuro equipo de Pep Guardiola contaba con activos de 359,1 millones de euros, sensiblemente por debajo del F. C. Barcelona y, sobre todo, del club blanco. Sus deudas, eso sí, están a años luz de las de los dos clubes españoles: apenas 49 millones.
Entre los principales accionistas de la entidad están el fabricante automovilístico Audi, con un 9,1%, y Adidas, con la misma participación.
El Borussia Dortmund ha protagonizado una de las resurrecciones más espectaculares del fútbol europeo. En 2005, el club rozó la bancarrota tras perder 55 millones registrados a raíz de una agresiva política de compraventa de jugadores. Hizo falta la unión de la ciudadanía de Dortmund, de la administración local y del banco Morgan Stanley, que le proporcionó un crédito de 79 millones para desanudar la soga del cuello del club por excelencia de la cuenca del Ruhr. Ocho años después, con una profunda una limpieza de por medio, el club llega a las semifinales tras haber ganado dos veces seguidas la Bundesliga y la Copa. El club ha aprendido de sus errores y su política de fichajes es más que prudente, siempre a la búsqueda de jugadores jóvenes con proyección: ha registrado un gasto neto en fichajes de 16 millones en las últimas siete temporadas.
El año pasado, sus ingresos crecieron un destacadísimo 42% durante la campaña, hasta 315 millones (189 millones si se excluyen las ventas de jugadores, entre las que se encuentra la de Sahin al propio Real Madrid). hace dos temporadas, el equipo apenas ocupaba la 16 posicioón en la tabla europea por ingresos