Viveros de empresa: un buen ecosistema para emprender
Los primeros pasos son siempre complicados, y en la creación de una empresa todavía lo son más. Los emprendedores se tienen que enfrentar a muchos retos y dudas cuando empiezan a trabajar en su proyecto, pero afortunadamente existen estructuras que pueden ayudarles y acompañarles en esos inicios tan difíciles. Un claro ejemplo son los viveros de empresa.
Estos lugares, también conocidos como incubadoras, son espacios físicos que acogen temporalmente a empresas durante el comienzo de su actividad, aunque su función va más allá de la de ofrecer un techo a un precio muy competitivo. En ellos, los emprendedores reciben asesoramiento y servicios con el fin de cubrir sus necesidades básicas para que puedan dedicarse por completo a sacar adelante su iniciativa.
La idea surgió en la década de los cincuenta en Estados Unidos, donde aparecieron las primeras incubadoras que en un principio estaban ligadas a los centros universitarios. La pionera fue Silicon Valley, en California, con la participación de Stanford University, que sigue siendo un ejemplo en todo el mundo para las pymes y compañías relacionadas con el mundo de la tecnología. Sin embargo, hubo que esperar hasta los años ochenta para que prosperaran estos espacios con fines empresariales.
En España, las Cámaras de Comercio han colaborado activamente en el desarrollo de una importante red de viveros de empresa, que actualmente es la mayor de Europa. Lo han hecho a través de la Fundación Incyde, creada hace más de una década para apoyar el nacimiento y consolidación de nuevas pymes y gracias a la cual hoy nuestro país cuenta con 95 incubadoras de este tipo. Para alcanzar esa cifra, la inversión ha rondado los 96 millones de euros, siendo un 70% aportado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
La Fundación Incyde apoya a los emprendedores con asesoramiento, oficinas y servicios desde hace diez años
Rosa Cardeso, responsable del vivero de la Fundación Incyde en Santiago de Compostela, opina que el logro más importante de estas estructuras no es el número de proyectos empresariales que contribuyen a crear, sino la tasa de supervivencia. La incubadora que ella dirige lleva siete años en funcionamiento, durante los cuales han nacido más de 100 nuevos proyectos; de ellos, alrededor del 80% ha conseguido consolidarse.
El acceso a estos espacios se consigue a través de las Cámaras de Comercio. Precisamente en uno de los cursos que estas imparten se encontraba Xosé Rivera, creador de Dobleclic –que comenzó como un estudio de diseño gráfico y hoy se dedica a iniciar a otras empresas en el mundo del comercio electrónico–, cuando le propusieron presentar su idea empresarial para convertirse en uno de los primeros ocupantes del vivero de Santiago. “Lo mejor de esa experiencia fue poder compartir con otros el proyecto, las facilidades que tienes gracias al asesoramiento y poder conocer a muchas otras empresas”, recuerda Rivera. Para él, la única pega fue que solo pudo estar un año y medio, ya que en un principio existía un límite de dos años de permanencia en el vivero –hoy en día este plazo se puede ampliar–.
Cifras
958 empresas están actualmente instaladas en los viveros de la red Incyde. 2.500 pymes se han beneficiado de estas estructuras desde 2002. 5.500 empleos se han creado gracias a la red en estos diez años. 1.422 oficinas están disponibles en los viveros de empresa. Entre el 75% y el 80% es la tasa de éxito que otorga la National Small Business Administration (NBIA) a los negocios incubados a los tres años de abandonar el asesoramiento. Para los que no han contado con asistencia, la cifra se queda en el 20%.
Dado que la función de las incubadoras de empresa es mucho más que proporcionar una oficina o una sala de juntas, ya existe la posibilidad de acceder a ellas de forma virtual. Es el caso de Grupo Affines, que se dedica a la formación, consultoría y organización de eventos especialmente en el terreno de la motivación y las habilidades comerciales. También nació en los despachos del vivero de Santiago de Compostela, pero a los dos años y medio se ha pasado a la modalidad digital. “Estar allí nos ayudó mucho por los contactos tanto a nivel institucional como empresarial”, afirma Pilar Ruiz, una de las tres socias fundadoras de esta empresa, que destaca de su experiencia el apoyo continuo que recibieron por parte del personal de la Cámara y el asesoramiento en las áreas más técnicas. “Allí no te encuentras solo o perdido”, sentencia Ruiz.
Como todo, los viveros también han sufrido una transformación a raíz de la crisis económica, y es que, en opinión de Rosa Cardeso, ha cambiado el perfil de quienes buscan el amparo de estos centros. “Hemos pasado de un emprendimiento basado en la oportunidad a emprender por pura necesidad”, explica la responsable del vivero de Santiago de Compostela.
Por suerte, aquellos que estén en paro y se decidan a buscar una solución en el autoempleo podrán contar con el apoyo de esta red de incubadoras.
Encuentros entre nuevos empresarios
En los semilleros no solo surgen nuevas pymes sino que los contactos entre los emprendedores también dan lugar a la organización de encuentros en los que compartir experiencias y consejos. Muestra de ello es la VI Edición del Foro Open Your Mind SCQ, que tendrá lugar en Santiago de Compostela los días 18 y 19 de abril, organizado por dos empresas que nacieron en la incubadora. Los creadores de Grupo Affines y Escuela Inventa decidieron trasladar a una escala mayor las charlas que compartían durante los descansos. “La realidad es muy dura, por lo que los contactos entre los emprendedores son fundamentales”, cuenta Eloy Gesto, fundador de Escuela Inventa, empresa que facilita técnicas de comunicación y otras herramientas a los profesionales para que consigan conectar con sus clientes. Este año darán conferencias: Elsa Punset, Sergio Fernández y Mario Alonso Puig.