Pescanova sigue sin aclarar sus cuentas y pide el concurso de acreedores
Hoy finalizaba el plazo dado por la CNMV para entregar sus cuentas La compañía pide la revocación de BDO como auditor El grupo entró en preconcurso el pasado 1 de marzo
La compañía celebró ayer en la localidad gallega la que posiblemente sea la reunión más importante de su consejo de administración de los últimos años. Y las más larga. Y la más tensa. Los consejeros del grupo presidido por Manuel Fernández de Sousa iniciaron a las 10.30 de la mañana una reunión en la que, en teoría, debían acceder a las nuevas cuentas de la empresa del ejercicio 2012. EL encuentro no tuvo el final esperado por los trabajadores. Unas 13 horas después, en una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la multinacional gallega sostenía que “en aras de la preservación de la continuidad empresarial” y de “la protección de los intereses afectados” ha acordado solicitar el concurso ante el Juzgado de lo Mercantil competente.
La sociedad recalca en su comunicación a la CNMV que tiene “la firme voluntad” de presentar, en el curso del procedimiento, una propuesta de convenio a sus acreedores que “garantice la salvaguarda de los derechos e intereses” de sus trabajadores, acreedores y accionistas y “la gestión continuada”.
El consejo también ha decidido solicitar la revocación del nombramiento de BDO como auditor para la verificación de sus cuentas anuales individuales y consolidadas del ejercicio 2012, aún pendientes de presentación, así como la designación de un auditor forense elegido entre las principales firmas de auditoría.
Discrepancias
La multinacional presidida por Manuel Fernández de Sousa tenía de plazo hasta hoy para enviar a la CNMV sus cuentas del ejercicio pasado, después de que admitiera el pasado 12 de marzo que había detectado “discrepancias entre su contabilidad y las cifras de deuda bancaria”. La sociedad, de esta manera, se encontraba en situación de preconcurso de acreedores desde el 1 de marzo, lo que significa que disponía de hasta cuatro meses para negociar un convenio de pago con sus acreedores que evitara la entrada en concurso decidida anoche.
Al igual que en el anterior consejo extraordinario, celebrado el pasado 14 de marzo, el hermetismo ha sido la nota predominante, ya que los informadores no han podido acceder siquiera a las inmediaciones de la factoría de Chapela.
Tras el anterior consejo extraordinario se produjo un intercambio de desmentidos, por medio de comunicaciones de hechos relevantes a la CNMV, entre la compañía y los consejeros más críticos con la gestión y con la que consideran falta de transparencia con la que se ha llevado la empresa gallega.
Y es que la crisis del grupo ha destapado un enfrentamiento abierto entre Fernández de Sousa, con el 14,4% del capital, y Grupo Damm, de la familia Carceller, con el 6,1%, segundo mayor accionista. De acuerdo a fuentes cercanas al consejo, fue Grupo Damm, representado por José Carceller, el que se negó a finales de febrero a firmar las cuentas del pasado ejercicio.
El enfrentamiento ha disparado los rumores sobre una posible operación para desbancar a Fernández de Sousa de la presidencia y que sea la familia Carceller la que tome el control de la multinacional, uno de los líderes mundiales en la captura y comercialización de pescado. Hasta ahora la plantilla del grupo ha mostrado su apoyo a la gestión de Fernández de Sousa. Una portavoz de los empleados leyó el pasado día 14 una carta en la que se expresaba la “confianza” de los trabajadores en la compañía. Ayer no hubo una manifestación similar.
Datos económicos
Los críticos reclamaban para esta reunión los datos económicos de la situación actual de Pescanova tras un mes de preconcurso de acreedores. Pescanova anunció a la CNMV que había un desfase entre el pasivo que le reclamaban las entidades financieras y el que tenía contabilizado, pero no precisó la cuantía.
La deuda total del grupo Pescanova asciende a 2.500 millones de euros, según los datos de Centro de Información de Riesgos del Banco de España, y de estos 1.600 millones corresponden a la matriz.
Las 45 entidades financieras acreedoras de Pescanova crearon un grupo de seguimiento, formado por CaixaBank, Sabadell, Popular, Bankia, Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland (RBS) y Novagalicia, ante las alarmantes noticias de la empresa. Dicho grupo ha mantenido reuniones semanales para tratar la crisis de la multinacional gallega.
Nueve millones en Damm
Grupo Damm, de la familia Carceller, entregó a su consejo de administración nueve millones de euros por el ejercicio 2012, según el informe de Gobierno Corporativo de la compañía publicado ayer en la CNMV. La cifra supone 100.000 euros más que en 2011 y dos millones más que en los ejercicios 2010 y 2009.
El consejo de Damm está integrado por representantes de empresas controladas por la familia Carceller, entre ellos los hermanos Demetrio (presidente del grupo) y José, y del grupo familiar alemán Oekter, que tiene el 25% de Damm.
Damm cuenta con una plantilla de 3.065 personas y ganó 82 millones en 2012 tras facturar 900 millones de euros. La compañía es propietaria de marcas como la cerveza Damm, el grupo Rodilla, el agua Fuente Liviana o los batidos Cacaolat. El grupo tiene un valor en el mercado de corros de la Bolsa de 1.456 millones de euros y cotiza a 5,6 euros por acción.
La familia Oekter controla negocios millonarios de alimentación, bebidas, industria (es dueña del grupo Hamburg Süd, la mayor compañía privada de buques de Alemania, con 160 barcos y una plantilla de 4.500 personas) y banca. Además poseen negocios relacionados con la industria química, el transporte (Roland Transport) y el turismo.
Según la memoria del ejercicio 2011 del grupo Oekter, ese año el holding facturó 10.011 millones de euros. El negocio de los barcos es el que más ingresos generó (4.752 millones), seguido del de la alimentación (2.337 millones).
Las dudas vertidas sobre las cuentas de Pescanova por la propia compañía llevaron a las entidades a contratar a la consultora KPMG para analizar los datos de la empresa (BDO es la consultora que ha auditado los últimos ejercicios de Pescanova). Los bancos temen que la deuda real de la compañía supere los 2.500 millones de euros.