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Concurso de una histórica alimentaria española

Más de medio siglo en la industria pesquera

La compañía comenzó hace 52 años construyendo buques congeladores y posteriormente se extendió a la acuicultura

Hace 52 años Pescanova construyó Lemos, el primer buque congelador del mundo. Un barco con capacidad para almacenar 250 toneladas de pescado congelado y en el que podían trabajar hasta 32 hombres.

Lemos fue solo el primero. Pronto le siguieron Andrade, Pambre y Doncos, y posteriormente, Soutomaior y Sobroso. Las naves de Pescanova recorren hoy medio mundo mientras el grupo afronta la que posiblemente sea la peor crisis de su historia.

La empresa surge de la mano de José Fernández López, padre del actual presidente, Manuel Fernández de Sousa-Faro. En 1960 constituye la Sociedad Anónima Pescanova, con sede en Vigo. Para construir las naves congeladoras toma como base los mecanismos de la congelación de la industria cárnica y los traspasa a la pesquera.

A finales de los años sesenta, Pescanova se había convertido ya en una de las 100 mayores empresas de España y en la primera compañía pesquera de Europa; contaba con hasta 100 buques navegando por el mundo.

Las décadas de los años setenta y ochenta trajeron consigo la creación de filiales en varios países de Latinoamérica, para sortear el decreto de la ONU que extendía hasta las 200 millas la zona exclusiva de explotación de los recursos marinos para los países costeros. Fue entonces cuando el actual propietario de la compañía, Manuel Fernández de Sousa-Faro, se hizo cargo de la empresa. Apostó por la acuicultura, una actividad que ha ido incrementando desde los años noventa hasta la actualidad: cultivos de salmón, langostinos y rodaballos en Latinoamérica, España y Portugal.

En la actualidad el grupo controla diversas filiales de alimentación ubicadas en más de 20 países de los cinco continentes, dedicadas a la obtención de la proteína marina que recibe a través de pesca propia (37%), acuicultura propia (31%) y comercialización de productos marinos producidos por terceros (32%).

Pescanova obtiene los mayores beneficios del negocio tradicional, la pesca, que supuso unos ingresos de 761,5 millones de euros en los nueve primeros meses de 2012. El negocio de la acuicultura ha ido creciendo en los últimos años y ya representa un tercio del beneficio bruto de la empresa, un 50% más que hace cinco años, con una facturación de 387,8 millones de euros en el mismo periodo.

Sin embargo, la crisis económica también está afectando a la compañía gallega. Junto con sus problemas de deuda, que se han dado a conocer durante el pasado mes –podría ser superior a los 2.500 millones, según fuentes financieras–, sus ventas han disminuido en los últimos años. En el último informe disponible de resultados de Pescanova, publicado en el mes de junio de 2012, el grupo admitía una ralentización del consumo y un traspaso hacia las marcas blancas.

El pasado 28 de febrero, los responsables de Pescanova anunciaban su entrada en el denominado preconcurso de acreedores, una noticia que sorprendió a sus consejeros e inversores. La razón de la decisión fue la imposibilidad de presentar los resultados de 2012.

El poder en manos de cuatro accionistas

El consejo de administración de Pescanova está compuesto por 12 miembros, después de que el pasado día 13 de febrero la entidad Liquidambar Inversiones renunciara a su cargo. Manuel Fernández de Sousa-Faro es el presidente de dicho órgano, en el que le acompañan como vocales Alfonso Paz Andrade, Robert Albert Williams, Sociedad Gallega de Importación de Carbones, Antonio Basagoiti García Tuñón, ICS Holdings, Yago Méndez Pascual, Iberfomento, Luxempart, José Carceller Arce, Ana Belén Barreras Ruano e Inverlema.

Durante los últimos me ses, el grupo Damm ha ido incrementando su presencia en el capital hasta convertirse en el segundo ma yor inversor. Después de la ampliación de capital realizada por Pescanova en verano, Carceller pasó de contar con el 5% al 5,728%, tras suscribir 673.762 acciones, y en diciembre, alcanzó el 6,183% al comprar un paquete valorado en 1,89 millones de euros. Actualmente tiene ya más de 1,77 millones de derechos de votos.

El enfrentamiento entre Damm y el presidente del grupo pesquero es público, después de que la compañía controlada por la familia Carceller se negara a firmar las cuentas correspondientes a 2012 de Pescanova. En Damm participa uno de los mayores conglomerados europeos familiares, el alemán Oekter, con el 25% del capital.

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