El PSG pagará un 34% más de impuestos por Ibrahimovic que el Barça por Messi
Messi paga un 56%, el tipo más alto en España La diferencia con Cristiano Ronaldo asciende a 50 puntos
La soga del Gobierno de François Holland se escapa del cuello de los más acaudalados pero rodea el de empresas que pagan sueldos astronómicos... y al de clubes de fútbol como el Paris Saint Germain, rival del Fútbol Club Barcelona anoche, y que disfruta de nuevas energías gracias al caudal de petrodólares proveniente de las arcas de su propietario, el fondo soberano de Catar, Qatar Investment Authority.
La pasada semana, el presidente de la República, François Hollande, dio marcha atrás y anunció que renunciaba a aplicarles una tasa a las grandes fortunas del país pero que, en cambio, sí se la aplicaría a las empresas por cada asalariado cuya retribución supere el millón de euros. En un principio, los clubes de fútbol respiraron aliviados, dado que ellos se consideraban pequeñas y medianas empresas. Ayer, sin embargo, el Gobierno dio un golpe sobre la mesa, al anunciar que las entidades futbolísticas también tendrán que pasar por caja.
La medida afectará directamente al rival del Barça en el partido de Champions de hoy, el Paris Saint Germain. El fondo soberano de Catar (país curiosamente que es además el principal patrocinador del club catalán) ha seguido los pasos de Roman Abramovich en el Chelsea y ha armado una escuadra temible a base de petrodólares: Zlatan Ibrahimovic, David Beckham, Javier Pastore, Thiago Silva, Ezequiel Lavezzi y Lucas Moura, entre otros. Solo por Ibrahimovic, el club francés pagó 20 millones.
Evidentemente, no se han hecho esperar las quejas desde la el negocio del fútbol. Los clubes de fútbol profesionales, que se quejaron de que esa tasa dificultará todavía más la competitividad del campeonato galo porque un centenar de grandes jugadores, a su juicio, se irán al extranjero para poder recibir sueldos superiores a un millón.
Diferencias con España
El fisco francés supera así holgadamente al español. El Gobierno de Mariano Rajoy subió hasta siete puntos el tipo marginal máximo en el IRPF, que ya alcanza el 52% para las rentas superiores a 300.000 euros. Una diferencia considerable que, además, se hace sideral en algunos casos. Cristiano Ronaldo o Kaká, por ejemplo, tributan como no residentes gracias a la llamada Ley Beckham. Para ellos, el tipo está en el 24,75%.
La Ley Beckham es una norma que aprobó en 2004 el Gobierno de José María Aznar para atraer profesionales de alta cualificación y que permite que los extranjeros que llegan a España tributen durante seis años como no residentes a un tipo fijo. Uno de los primeros en beneficiarse de la ventaja fiscal fue el jugador David Beckham, cuyo nombre sirvió para bautizar la ley.
A efectos prácticos, ello significa que estos deportistas puedan tributar al mismo tipo nominal que un mileurista. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero limitó esta norma a los contribuyentes con sueldos inferiores 600.000 euros. Sin embargo, la medida no se aplicó con carácter retroactivo. Jugadores como Alex Son o Alexis Sánchez (Barcelona) o Radamel Falcao (Atlético de Madrid), que ficharon con posterioridad a 2010, deben tributar al 52% como Casillas o Villa. Con todo, las grandes figuras del fútbol negocian sus contratos en términos netos. Ello implica que cualquier aumento fiscal es asumido por el club.
La marcha atrás del presidente francés
François Hollande llegó al Elíseo con la promesa de acabar con la gestión de Nicolas Sarkozy y una propuesta: que buena parte de los recortes se los llevasen los más acaudalados. Así, prometió que impondría una tasa del 75% los ricos, lo que provocó la furia de personalidades como Gérard Depardieu. El Consejo Constitucional, sin embargo, le obligó a a cambiar esa ley, y el mandatario socialista no ha tardado en reaccionar.
En una entrevista concedida a la principal cadena pública, France 2, el jefe del Estado explicó que su pretensión es la de mantener con esta decisión uno de los estandartes de su campaña electoral, para que no serán los contribuyentes quienes directamente se hagan cargo de la tasa. Fue su cuarta comparecencia televisiva desde que accedió al cargo en mayo del año pasado. En ella, Hollande aclaró que su idea “no es castigar a las grandes compañías”, sino hacer que colaboren “en estos momentos tan difíciles, en los que se les pide tanto a los empleados”. “¿Acaso no pueden hacer este esfuerzo durante dos años quienes están en lo más alto de las remuneraciones?”, señaló. Las críticas, sin embargo, no han tardado en arreciar. En primer lugar, por el escaso número de asalariados que reciben más de un millón de euros al año. Y en segundo, porque las empresas podrían optar por recurrir a fórmulas indirectas para evitar esa tasa, como las acciones o las opciones sobre acciones (stock options).