_
_
_
_

Mensaje de Bruselas: toma el dinero y corre

Es más fácil poner una barrera que levantarla. Asumido el acuerdo entre Bruselas (es decir, Berlín) y Nicosia para el mal llamado rescate, con severas consecuencias para la isla, el día después es más que complicado. Empezando por una decisión en apariencia sencilla: ¿tienen que abrir los bancos?

Asumiendo que la parte de los depósitos sujeta a la quita (más allá de 100.000 euros) queda retenida, persisten muchas dudas. La opción A es abrir los bancos como si nada hubiera pasado. El riesgo, evidente, es que la gente saque el dinero de sus cuentas. Por más que los 100.000 euros estén asegurados por el Estado, puede que algún chipriota considere más conveniente tener su dinero debajo del colchón o transferirlo (vía electrónica o vía maleta) a una entidad financiera de otro país.

La opción B es mantener algún tipo de controles de capital, limitando la disposición de efectivo, prohibiendo las transferencias o los movimientos de capitales a otros países. Es la opción, al parecer, por la que han optado las autoridades europeas y chipriotas temporalmente. Y parece razonable, porque en un primer momento se evita la fuga de dinero.

Ésta tiene un riesgo menos evidente pero más peligroso, y es que la fuga de capital se produzca en otro sitio. O Letonia. O Eslovenia. Por no decir España. Con corralito en Chipre, ¿quién le dice a un ahorrador de otro país con problemas financieros que mantenga su dinero en el banco? O, yendo un poco más allá, ¿qué clase de unión monetaria es esa en la que los billetes son iguales pero no se pueden mover de un sitio a otro? Como dicen en Bruegel, el euro chipriota vale menos que el euro español (no digamos el alemán), porque uno vale para 14 países y el otro para uno. ¿Existen ya dos euros? 

No es la única pregunta que surge. Chipre pone de manifiesto que las propuestas europeas para una unión bancaria para evitar fugas de depósitos, o los intentos para desvincular las finanzas de los países de la situación de sus bancos, no son más que palabras bonitas. Cuando hay dinero de por medio, las palabras se olvidan, y cada país se responsabiliza nada más que de sus propios bancos. Por si todo esto fuera poco, se ha abierto la veda de las quitas a los depósitos.

La situación de Chipre parece encauzada (para todos salvo para Chipre) y los mercados descuentan que no habrá quiebra desordenada. Pero el mensaje para la zona euro no puede ser peor. Aunque el pacto de este lunes se pueda considerar un mal menor teniendo en cuenta el desastre perpetrado hace una semana, de cara a futuras crisis Europa dice “toma el dinero y corre”. Porque no se sabe qué sucederá mañana. Si se tasarán los depósitos o se cerrarán las fronteras. No pasará hoy, ni mañana, ni la semana que viene. Pero, cuando vuelvan los problemas, alguien pensará en lo que pasó en Chipre. Pensará que el ruso rico que sacó el dinero del país a tiempo lo tiene a buen recaudo en Suiza. 

A corto plazo, la zona euro no se ha roto este fin de semana. A medio plazo, aquel dichoso Eurogrupo de hace dos viernes ha socavado ya uno de los pilares de la moneda única. Y, lo que resulta más escalofriante, los responsables del desaguisado parecen encantados.

 Música contra la crisis. Velvet Underground. Run Run Run

Sígueme en Twitter @Nuno_Rodrigo5 o pinchando aquí.

Archivado En

_
_