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El experimento Chipriota

Llevamos ya casi una semana desde que las condiciones del “rescate” a Chipre se conocieran y el inmenso lio creado en torno a éste asunto se ha transformado en una inmensa “ceremonia de confusión” cuyo fin último podría ser solo evitar hablar de lo que puede ser realmente importante.

El sistema financiero de Chipre, a través de sus peculiaridades, se convirtió en un paraíso para el blanqueo de capitales, muchos de ellos de origen dudoso (por no decir claramente delictivo). Presenta una peculiaridad importante su estructura de pasivo: apenas tiene deuda (4%) y está centrado básicamente en capital (12%) y depósitos (84%). El resultado final de todo ello es un sistema financiero extremadamente sobredimensionado (del orden del 700% del PIB), atrofiado e inútil para las necesidades reales de la población de la isla[1]. Con todo ello, tenemos que tener claro que es un sistema financiero que tenemos que arreglar, a ser posible en profundidad y, dadas las consecuencias que ha provocado, al final de éste proceso no debe parecerse en lo más mínimo al que ahora ha colapsado.

Otro dato importante es que el sector arrastra un agujero (tomémoslo con la salvedad que hay que tomar últimamente las cifras que nos suministran los bancos) de 16.000 Mill.€. Teniendo en cuenta que el PIB de Chipre a 2012 (según Eurostat) es de alrededor de 17,850 Mill.€, prácticamente equivale al 90% del PIB del país. Pensar que un préstamo/rescate de la UME por ese importe (a pagar por su población) resolverá el problema, es de una ingenuidad asombrosa. Socializar estas pérdidas a través de un préstamo/rescate no solo es tremendamente injusto sino económicamente inviable. Los rescates se contabilizan como nueva deuda. El nivel actual es del 80% del PIB, añadirle cualquier importe, por mínimo que sea, es de un riesgo increíble.

Hay que habilitar nuevas fórmulas (completamente distintas a las utilizadas hasta el momento) para resolver el tema. Se hace absolutamente imprescindible que el sector privado se haga cargo también del problema. Es de justicia dado que el origen del mismo también es privado. Las quitas, van a emepzar a ser imprescindibles. El orden de prelación está claro: primero deben verser afectados los accionistas de las entidades financieras, luego los acreedores y por último los depositantes (respetando la directiva europea de no involucrar a los depósitos de menos de 100.000€).

Las autoridades chipriotas, en un alarde de cobardía sin parangón[2], han pretendido hacer un reparto profundamente injusto de las pérdidas del sistema financiero en un claro intento de mantener los principales elementos del mismo, aparentando que lo que ha sucedió es fortuito. Como mínimo, incumple el objetivo de cambiar el actual sistema financiero.

El estallido de violencia este fin de semana en Chipre está justificado, dado que su objetivo de evitar el reparto de quitas propuesto, lo es también. Acaba no teniendo toda la razón cuando desvía la ira hacia el exterior (cuando el principal enemigo puede estar dentro) y no ser más ambicioso al no entrar a cuestionar el reparto total del problema. Podría haberse aprovechado para incluso reivindicar una mayor participación del sector privado. No existe limite en las quitas para depósitos superiores a los 100.000 Mill.€[3]

Los absurdos intentos del Ministro de Finanzas chipriota de buscar un préstamo del gobierno ruso porvalor de 5.850 Mill.€ no es viable. Al fin y al cabo es un préstamo que habrá que devolver la población y ni ella ni su economía tienen margen para ello. Insiste en la socialización de las pérdidas del sistema.

Chipre es el primer experimento que consiste en de una vez por todas, solucionar el problema del exceso de endeudamiento, no con más deuda, sino a través de quitas y con la participación del principal actor del drama que ahora vivimos: el sector privado, que hasta ahora ha querido quedarse el margen.

Se de antemano que es peligroso y que lo mejor es a veces enemigo de lo bueno, pero diseñar el nuevo modelo económico que debemos crear, solo atendiendo a la capacidad de un colectivo de imponer su solución particular en contra de los intereses generales, no es una buena idea. La injusticia acabará conociéndose, y la rabia suele ser el ingrediente fundamental cuando la realidad se acaba imponiéndo.[4]

[1] Que Chipre acapare el 28,1 % de la inversión directa en Rusia frente a países como Alemania con tan solo el 7,3% o Francia con el 6,1%, evidencia cual era la principal función del sistema financiero chipriota. Curiosamente, Luxemburgo (con el 6,6%), Irlanda (el 5,3%) Bahamas (el 5,3%) e Islas Vírgenes (4,9%) todos ellos con una situación fiscal “preferente”, también aparecen entre los 10 primeros países inversores en Rusia, pero a una distancia importante de Chipre.
[2] No consta que las autoridades de la UME hayan diseñado el programa de quitas y los cambios que se han venido produciendo en el mismo por la autoridades chipriotas, evidencia el cerebro real de las decisiones. Además un alto cargo chipriota el jueves por la mañana decía: “Estamos teniendo en cuenta las postura de muchos países europeos, en particular la de Alemania, de que no haya tasa a los depósitos inferiores a los 100.000 euros”. Algún medio de comunicación se ha hecho eco de que fue el propio presidente chipriota, el que insistió en que ningún depósito experimentase una quita por encima del 10% para así proteger el status de la isla como refugio de los ahorros exteriores.
[3] según el Wall Street Journal, el FMI proponía una quita de entre 30 y 40% sobre los depósitos por encima de los 100.000 €, con lo que se hubiera conseguido unos 7.500 Mill.€.
[4] Recuérdese el comportamiento de Segismundo durante el acto segundo de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca.

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