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Ahorros garantizados, salvo elecciones en Alemania

Como un bofetón. Hoy, 19 de marzo de 2013, es el día en el que un ciudadano europeo no puede sacar su dinero del banco, aunque quiera, y dando por supuesto que tiene algo. Atrás quedan las declaraciones de las cumbres o los análisis sobre cómo la crisis del euro fuerza a Europa a ser más Europa.

La realidad es distinta, más prosaica, y tiene la forma de una cola de personas esperando a sacar su dinero de un cajero. El grupo de países que tiende a presumir de democracias modelo no ha sido capaz, siquiera, de hacer cumplir sus propias directivas en algo tan básico como la protección de los pequeños ahorradores.

No hay, probablemente, una decisión tan dañina para la confianza como ésta: decirle a la gente que sus ahorros de toda la vida están al albur de los cambios de cromos de un puñado de políticos y funcionarios reunidos a horas intempestivas en una gris ciudad del Norte de Europa. Quizá esta semana la gente no saque su dinero de los bancos y se lo lleve a una caja de seguridad. Pero quizá, cuando venga el siguiente susto, lo empiecen a pensar. Y resulta atronadora la tranquilidad con la que los cronistas escriben, escribimos, el papel de las elecciones alemanas en el rescate chipriota. Como si fuese lo más normal del mundo. Mala suerte, señor chipriota, ha ahorrado usted por encima de sus posibilidades.

El bofetón de realidad no se queda en que Europa haya eliminado la garantía de 100.000 euros por depósito contemplada en la legislación europea (aunque costeada a nivel estatal). Lo alucinante es que el Eurogrupo ha preferido socavar esta salvaguarda en toda la UE antes de que los acreedores de Chipre perdiesen un solo euro. Efectivamente, la deuda pública de Chipre pagará en tiempo y forma el 100% del principal y los intereses. El principal acreedor de Chipre, después de Grecia y de Rusia, es Alemania.

Claro que a mí eso me ha llamado la atención. Al mercado, no tanto. Esta es la cotización de la deuda chipriota a 10 años. Cotizando a más del 80% del nominal, 20 puntos más que a cierre de año. El mercado daba por hecho que el pagano del rescate no estaría aquí. Aunque, a la vista del caos del fin de semana, el inversor ha decidido vender, y la deuda cotiza al 74%.



Claro que Chipre tiene algunas particularidades. Primera, el tamaño del rescate, equivalente al 100% del PIB. Si se quiere que Chipre pague parte del rescate (5.800 millones es lo que exige el Eurogrupo), apenas hay formas de recaudar este dinero por las vías tradicionales. Segunda, que el sector bancario, completamente fuera de control en los últimos años con un peso del 800% del PIB, no tiene apenas deuda sénior. Si lo que toca es cargar el coste del rescate sobre la banca, toca entonces concentrar la carga sobre los depositantes. Tercera, las dudas sobre si algunos de estos depositantes, extranjeros, han estado blanqueando dinero de origen dudoso. Virginales dudas, por otra parte, no asaltan a nuestros líderes cuando se trata de otros países. Pero eso es otra cuestión.

Si es cierto, por otra parte, que fue el Gobierno chipriota quien insistió en cargar contra los depositantes con menos de 100.000 euros para no molestar a los amigos rusos, la estupidez europea es todavía mayor. Es decir, ha aceptado erosionar la confianza en el sistema bancario porque el Gobierno de un pequeño país rescatado quería quedar bien con Moscú. Fantástico.

También llama la atención que en el caso español los acreedores de la banca, por más quebrada que estuviese, no hayan sufrido ni el más mínimo rasguño en sus carteras, yendo toda la carga del rescate contra el contribuyente, mientras en Chipre sucede más o menos lo contrario. Cuestión de prioridades, O de acreedores.

En todo caso, ninguna de estas dos consideraciones justifica gravar los depósitos de menos de 100.000 euros. Por encima de esta cantidad se puede discutir sobre orden de prelación, si pagas tú o pago yo, u otras cuestiones. En todo caso, no es descabellado que depósitos por encima del límite legal sufran pérdidas (como sucedió con el banco danés Amargenbanken).

Pero Europa no ha hecho eso. Con tal de cumplir con las necesidades de la campaña electoral alemana y llegar a una componenda en el Eurogrupo, ha instalado la duda en los ahorradores de España, Italia, Grecia, Irlanda y Portugal. Con datos del BCE, los depósitos de hogares en bancos de estos cinco países suman (datos del BCE) más de dos billones de euros. 

Música contra la crisis. Weezer. Undone, the sweater song

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